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3 5 0 S E N T ID O S O C IA L D E LA "PO P U LO R UM P R O G R E S S IO ” OBLIGACION MORAL DEL DESARROLLO. Pablo VI formula rotundamente esta verdad: «En los designios de Dios, cada hombre está llamado a desarrollarse». «Este creci miento no es facultativo, sino que constituye un resumen de nues tros deberes» 45. Y en otra parte: «El desarrollo integral del hom bre no puede darse sin el desarrollo solidario de la humanidad» 46. Puestas las premisas, las conclusiones son claras. Se da una obligación natural, desde el orden individual, pasando por la fami lia, y en el ámbito nacional, hasta en el plano internacional, de buscar el desarrollo del hombre en su sentido integral, de todo el hombre y de todos los hombres. En el orden individual, ya había afirmado categóricamente el Concilio que la profunda y rápida transformación de la vida exige con suma urgencia que no haya nadie que, por despreocupación frente a la realidad, o por pura inercia, se conforme con una ética meramente individualista. El deber de justicia y caridad se cumple cada vez más contribuyendo cada uno al bien común según la pro pia capacidad y la necesidad ajena, promoviendo y ayudando a las instituciones que sirven para mejorar la vida del hombre. La aceptación de las relaciones sociales y su observancia debe ser considerada por todos como uno de los principales deberes del hombre contemporáneo. Porque cuanto más se unifica el mundo, tanto más los deberes del hombre rebasan los límites de los gru pos particulares y se extienden poco a poco al universo entero 47. Más adelante, vuelve a afirmar solemnemente el Concilio: Re cuerden todos los ciudadanos el deber y el derecho que tienen de contribuir, según sus posibilidades, al progreso de la propia comu nidad. En los países menos desarrollados, donde se impone el em pleo urgente de todos los recursos, ponen en grave peligro el bien común los que retienen sus riquezas improductivamente, o los que, salvado el derecho personal de emigración, privan a su comunidad de los medios materiales y espirituales que ésta necesita 48. El Papa recalca reiteradamente esta obligatoriedad individual del desarrollo. El hombre, dotado de inteligencia y voluntad, es responsable de su crecimiento lo mismo que de su salvación. Es más. El crecimiento humano es como el resumen de los deberes 45. Ibidem, nn. 15 y 16. 46. Ibidem, n. 43. 47. Gaudium et Spes, n. 30. 48. Ibidem, n. 65.
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