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G ERARDO ALONSO D E F I L I E L 34 9 la vida económico-social, y un cambio de m en talidad y de costum ­ b res en todos» 41. Estos an teceden tes han movido indudab lem en te a Pablo VI a c ie rtas afirmaciones que suponen cambios muy rad icales en el mundo de hoy, si se ha de llevar a la p rác tica su encíclica en lo fundam en ta l al menos, es decir, en el esfuerzo mund ial p a ra el desarro llo de todo el hom b re y de todos los hom b res, h a s ta log rar sup rim ir esas enorm es diferencias que ponen al m undo en situa ­ ción tan delicada como la actual. El Papa recalca estas fu tu ra s novedades con c ie rta solemnidad: «En tiéndase bien: la situación p resen te tiene que a fron ta rse vale­ rosam en te, y com ba tirse y vencerse las in ju stic ias que trae consigo. El desarro llo exige transfo rm ac iones audaces, p ro fundam en te inno­ vadoras. Hay que em p render, sin e sp e ra r más, refo rm as urgentes» 42. Ya en los p rim e ros pá rra fo s hab la el Papa de «cambio decisivo en la h isto ria de la hum an idad» 43, y en o tra pa rte : «los cambios son necesarios, las refo rm as p ro fundas indispensables» 44. La realización p rác tica de estas direcciones pontificias llevará consigo algo to ta lm en te nuevo en la h isto ria hum ana. Algo que h a sta hoy hub ie ra sido difícil conceb ir en la vida in ternacional. Algo que hoy m ismo p roducirá segu ram en te b a s tan te desconcierto. Pensemos que es to ta lm en te nuevo, h a sta pocos años a trá s, este concepto: las naciones pud ien tes tienen grav ísim a obligación de p ropo rc ion a r medios de subsistencia y desarro llo a los pueblos po­ bres, desin teresadam en te, sin exigencia de compensación ni r e tr i­ bución. E sto supone que las naciones ricas deben hacer que las pob res se hagan tam b ién ricas, independ ien tes, poderosas, dueñas de sus p rop ios destinos. Aquellas deben renun c ia r p a ra siem p re a todo p redom in io social, económico, político. En un a pa lab ra: lle­ vada a cump lim ien to la encíclica, supone un camb io rad ical en la m en talidad de las naciones; p recisam en te en las m ás ricas y po ­ derosas. De ah í los calificativos del Papa: « transfo rm aciones auda­ ces, valientes, innovadoras». Si se log raran , sería u n v e rdade ro cam ­ bio en la h isto ria de la hum an idad . Todo esto imp lica p a ra los individuos y p a ra las naciones un camb io de orien tación en las ideas y en las realizaciones, po rque son m etas nuevas las que se precisa alcanzar. 4 1. Gaudium et Spes, n. 63. 42. P. Progressio, n. 32. 43. Ibidem, n. 1. 44. Ibidem, n. 81.

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