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vo lun ta ria de la fe como don del Señor, y la unificación de todos los h ijo s de Dios en su am o r 30. El bien común de la sociedad hum ana tiene hoy este nombre: Desarrollo. 3 4 6 S E N T ID O S O C IA L D E LA "PO P U LO R UM P R O G R E S S IO ” F IN DEL DESARROLLO. Serv ir a la persona hum ana es toda la finalidad fundam en tal del desarro llo . El Concilio ha m an ifestado c la ram en te que el p ro ­ greso o desarro llo , hoy, no ha de bu sca r el m ero increm en to de los productos, ni el beneficio, ni el poder, sino el servicio del hom ­ bre, del hom b re in tegral, ten iendo en cuen ta sus necesidades m a­ teriales y sus exigencias in telectuales, morales, esp irituales y reli­ giosas. De todo hombre. De todo g rupo de hom b res, sin distinción de raza o con tinen te, y den tro del ám b ito del o rden m o ra l 31. Pablo VI emplea o tra fórmu la, que, en el fondo, con tiene idén ­ tica significación. «Tener más» no es el fin del desarro llo . No se debe fom en tar la elevación del hom b re p a ra que tenga más, sino p a ra que «sea más», p a ra que sea más hom b re 32. La posesión y d isfru te de los bienes en abundancia pueden llevar a m al fin, si no se destinan al servicio y perfección del hom b re 33. «Todo p rog ram a concebido p a ra aum en ta r la p roducción , al fin y al cabo, no tiene o tra razón de ser que el servicio de la pe rson a ... Si existe, es p a ra reduc ir las desigualdades, com b a tir las d iscrim i­ naciones, lib ra r al hom b re de la esclavitud, hacerle capaz de ser, po r sí mismo, agen te responsab le de su m ejo ra m aterial, de su prog reso m oral y de su desarro llo esp iritual» . En una p a lab ra: el au tén tico desarro llo cristiano in ten ta llevar al hom b re a ser to ta lm en te hom bre, dueño de sus acciones, juez de su valo r y a u to r de su p rop io prog reso 3+. Po r eso, el progreso en sí es algo bueno y noble. La Iglesia lo desea, alaba a quienes lo buscan, y ella m ism a lo p ropone al mun­ do, po rque, en ú ltim o térm ino , el p rog reso viene de Dios, sirve a la persona hum ana y, en tend ido en cristiano , lleva tam b ién a Dios. An terio rm en te queda dicho que el hom b re es su jeto , fin y fun ­ dam en to de la sociedad. Ahora se pod rá decir tam b ién con razón: 30. Ibidem, nn. 20 y 21. 31. Gaudium et Spes, nn. 3 y 64. 32. P. Progressio, nn. 6 y 19. 33. Ibidem, nn. 18 y 19. 34. Ibidem, n. 34.

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