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G ERARDO ALONSO D E F I L I E L 345 es so lam en te un aspecto p a rticu la r, una p a rte del desarro llo , pues el au tén tico que se in ten ta bu sca r y conqu ista r es la promoción de todo el hom b re y de todos los hom b res 21. Es desarro llo sin restricciones, que aba rca todos los ó rdenes o aspectos de la vida que se sum an en el hom bre: orden fisiológico y orgánico, orden in telectual, o rden moral, o rden e sp iritua l sob rena tu ra l, orden so­ cial, orden político, o rden económ ico. Nada en el hom b re puede su strae rse al crecim ien to y desarrollo. Dios ha dado a todos los hom b res, en su natu raleza, como en germen, un con jun to de cualidades y ap titudes. Desarrollo es hacer­ las fructificar m ed ian te el esfuerzo personal y la ayuda que le ofre­ cen los demás hom bres y el mundo que le rodea, Desarrollo es desenvolvim iento de todo lo que el hom b re lleva en sí, m ed ian te el esfuerzo del en tend im ien to y de la vo lun tad 28. E sto supone una escala de valores que debe respe tarse , po rque el hom b re no es algo simplicísimo; es muchas cosas, y cada una de ellas con tiene d ignidad y valores diferen tes, desde el orden p u ram en te físico, h a s ta el sob rena tu ra l; desde sus condiciones más ínfimas h a s ta el todo. A lterar, en un p lan de desarro llo , esa je ra rq u ía de aspectos o valores hum anos, sería comprom etido , a fir­ ma el Papa 29. Po r tan to , el desarro llo hum ano debe desenvolver al hom b re en fo rm a p ropo rc ionada y g radual respecto a sus facu lta­ des, y en fo rm a abso lu ta respecto a sus valores. Como Pab lo VI con temp la al mundo actual deshumanizado po r in ju stas y ex tremosas desigualdades, traza un esquema del cam ino que h a de reco rre r, hoy, el mundo de la pobreza y del subdesarro llo p a ra llegar a la m eta de la deseada promoción hum ana. El desa­ rro llo , en toda p len itud , es el paso, p a ra cada uno y p a ra todos, de condiciones de vida menos hum anas a condiciones más hum a­ nas. Hay que sup e ra r las condiciones in frahum anas de los que carecen de lo m ínimo necesario p a ra la vida, de los que son explotados p o r el egoísmo, op rim idos po r los ricos y poderosos e in ju stam en te considerados en las transacciones. Y es preciso al­ canzar condiciones hum anas de vida que suponen lo necesario p a ra vivir, la victo ria sob re las calam idades sociales, la adqu isición de la cu ltu ra y la ampliación de conocim ientos, la consideración de la dign idad personal an te los dem ás... El reconocim ien to de los va­ lores supremos, y de Dios, fuen te y fin de todo valor. La acogida 27. P. Progressio, n. 14. 28. Ibidem, n. 15; Gaudium et Spes, n. 3. 29. P. Progressio, n. 18.

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