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318 C R IT E R IO S D E A U T E N T IC ID A D . Cullmann advierte claramente la peligrosidad de la actitud bult­ manniana, al afrontar el estudio de las motivaciones y leyes que determinan el origen y desarrollo de la tradición evangélica a partir de una figura preconcebida de Jesús. Obrando así, la pro­ blemática de la búsqueda del Jesús histórico corre el peligro de caer en los mismos defectos en que cayó la investigación liberal. Es falso considerar como inautèntico, en el uso del método mor- focrítico, todo aquello que no responde a la imagen existencia! de Jesús. La capacidad creadora de la comunidad, con la que hay que contar en sana morfocrítica, no se puede medir por esta imagen preconcebida de Jesús. Pero no se debe tener en cuenta sólo la actividad transformadora de la comunidad creyente. Hay que ad­ mitir también la posibilidad de que dicha comunidad transmita fielmente dichos o hechos de Jesús 31. Ni se debe concebir tampoco la comunidad pascual como algo opuesto a la persona histórica de Jesús. Por lo mismo, el que un dicho responda a una comprobada tendencia de la comunidad pri­ mitiva, judía o helenística, no implica que sea inautèntico. El cri­ terio de autenticidad en la escuela bultmanniana es, por lo mismo, excesivamente estrecho. Cullmann admite que se debe contar siem­ pre con posibles «formaciones de la comunidad». Pero únicamente se debe contar con ellas, cuando se dan las siguientes condiciones: 1 ) Si el dicho en cuestión contradice a otro dicho de Jesús, con­ servado en una antigua tradición, de tal manera que ambos se excluyan. 2 ) Si se supone una situación inconcebible para el tiem­ po y el ambiente de Jesús. 3 ) Si de la comparación literaria sinóp­ tica se impone la conclusión de que tal dicho tiene un origen tardío. Naturalmente, estas reglas no ofrecen una garantía absoluta para alcanzar una distinción segura 32. J. Jeremías es un morfocrítico que hace camino aparte. Su in­ fluencia ha sido grande, sobre todo en el campo católico. Baste recordar que es de los pocos exégetas protestantes cuyas obras se han visto traducidas en editoriales católicas 33. Por el contrario, ha recibido fuertes ataques de la escuela bultmanniana M, lo mis­ mo que O. Cullmann. Su punto de partida es diametralmente opues­ to a la llamada «teología del kerigma». Lo podemos ver reflejado 31. O . C u llm a n n , Unzeitgemässe Bemerkungen zum "historischen Jesus” der Bultmannschule, e n Der historische Jesus und der kerygmatische Christus, p p . 266-280. 32. Heil als Geschichte. T ü b in g e n 1965, p . 172. 33. E d itio n s d u C e rf, P a ris; E d ic io n e s S íg u em e , S a la m a n ca , e tc. 34. C f. E . Kaesemann, Sackgassen im Streit um den historischen Jesus, en Exe­ getische Versuche und Besinnungen I I , p p . 32-41.

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