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3 3 0 C R IT E R IO S D E A U T E N T IC ID A D . en la e s tru c tu ra del verso y algunos elementos retó ricos como re­ truécanos, juegos de pa lab ras, aliteración , paranom asia, etc. Las ca rac te rísticas enum eradas se encon trarían tan to en los simples dichos como en las parábo las. ¿P rueban esos rasgos aram eos la au ten tic idad de los dichos? En principio, debemos adm itir que un dicho jesuano , si se ha conservado bien, debe re fle ja r las ca rac te rísticas de la expresión aram ea. Pero no debemos o lv idar que la prim itiva comun idad pa- lestinense era de lengua aram ea y que en las comun idades judío- helen istas p e rdu rab an algunos de esos ca racteres en la lengua griega hab lada. Po r o tra parte, la reconstrucción de la prim itiva fo rm a aram ea no es nada fácil y ra ram en te se logra sob repasa r la m era p robab ilidad , dados los escasos conocim ientos que tenemos de la lengua aram ea hab lada de los días de Jesús. Consecuentemen­ te, el c riterio de los rasgos lingüísticos aram eos, que J. Jerem ías ha u su fru c tu ado tan to , no puede ser considerado como suficiente en sí. Sin embargo, en algunos casos p a rticu la re s tal vez se pueda d em o stra r que de te rm inadas expresiones o rasgos lingüísticos ca­ racterizan en exclusiva la expresión de Jesús. En todo caso, el c rite rio filológico es útil, pues nos perm ite ind iv idualizar la su­ pue sta fo rm a a ram ea p rim itiva y acercam o s así a los p rim e ros momen tos de la trad ición evangélica. Puede se rv ir como ayuda y co rrobo ración de o tro s c riterios, y él m ismo se puede ver co rro ­ bo rado po r los resu ltado s de o tro s criterios. c) Criterio histórico. Consiste esencialmen te en la co rrespon ­ dencia de un determ inado hecho o situación h istó ricos con un dicho. El c rite rio tiene necesariam en te una aplicación muy lim i­ tad a en el caso de la m ate ria evangélica. Pues la m ayor p a rte de los dichos (fuen te Q, d iscurso en parábo las, d iscu rso escatológico) se han tran sm itido y agrupado p rescind iendo de las circunstancias de tiempo, lugar y orden en que fueron p ronunciados o rig ina ria ­ mente. Además, la tra sm isión de los dichos se verifica en un a situa ­ ción v ital d ife ren te de la situación original. Con todo, cuan to de alguna m ane ra con tribuya a esclarecer el m undo h istó rico , social, cu ltu ral, geográfico y religioso de los días de Jesús, puede ayuda r eficazmente a ap rec ia r m e jo r la au ten tic idad de determ inados dichos. El c rite rio puede ten e r o tro aspecto: el de la correspondencia del d icho con la conducta o com po rtam ien to típico de Jesús. Sobre este pun to ha insistido mucho E. Fuchs. Busca algo más que ca­ rac terística s form ales. Es suficiente que el hecho y la p a lab ra coin

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