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S. GON ZA LEZ D E C A R R E A 3 2 5 de la fe pascual, que dominan totalmente la vida y las preocupa­ ciones de la primitiva comunidad. Esto hace que toda la materia tradicional se vea envuelta y animada por esta actitud creyente, punto de partida de la formación de la tradición evangélica. Pero esto no excluye sin más el interés histórico de la comunidad, de los testigos, que se interesen por lo que hizo o dijo el Resucitado. Aunque esos hechos y esos dichos vengan presentados a la luz del misterio pascual. En principio tampoco parece prudente excluir en la formación de esa tradición todo influjo de los métodos rabí- nicos de trasmisión. Bajo este aspecto me parecen oportunas las reflexiones de W. D. Davies 54. E l estado actual de los dichos. Dada la compleja historia por la que ha pasado la materia evangélica en su origen, transmisión y redacción final, se comprende que el estado actual de los dichos en relación con la autenticidad sea enormemente complicado. Po­ dríamos enumerar diversos casos: Un caso ideal. El dicho tanto en cuanto a la forma como en cuanto al contexto, refleja exactamente el momento histórico ori­ ginal. Decimos que se trata de un caso ideal, es decir, un caso que muy difícilmente se puede dar en los evangelios sinópticos. Pues tanto la situación vital en la que se trasmite el dicho en el cauce vivo de la comunidad, como el momento redaccional, con todo lo que esto implica de comprensión e intención por parte del evan­ gelista, son distintos del supuesto momento histórico original. Un caso más frecuente que el anterior, pero también relativa­ mente raro: la forma del dicho es totalmente jesuana, pero el con­ texto y la intención actual, no. Es decir, el evangelista nos trans­ mite un dicho que la tradición ha conservado íntegramente, fiel­ mente, pero la situación literaria y el acento que se le presta no reflejan formalmente la situación y el sentido originales. Dichos substancialmente jesuanos, pero que han sufrido una cierta transformación. Constituyen la mayor parte de la materia discursiva evangélica. Los cambios les han venido de las nuevas aplicaciones que reciben, de los nuevos destinatarios, del nuevo contexto en que se insertan. Dichos formados a base de elementos auténticamente jesuanos. El desvelamiento de estos elementos jesuanos no resulta tarea fácil. Estos dichos en cuanto tales se pueden considerar creación de la comunidad primitiva. Responden a las tendencias y preocupaciones de la Iglesia palestinense o helenista. 54. The Setting of the Sermon on the Mount, pp . 415 ss.

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