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G A B R IE L D E S O T IE L L O 229 éste no tocaba las bases clasistas de la sociedad y consag raba en nom b re de Dios la opresión existente (DF, Cristianismo). Si del dogma pasam os a la moral, cam inamos de asombro en asombro . La m oral c ristiana es pa ra los m arx istas h ipócrita y gaz moña. El advenim iento del reino de Dios depende de la vo lun tad divina y no de los hombres. «De ese modo la Iglesia declara inmoral la lucha de las m asas po r la estruc tu rac ión de la sociedad» (DF, Moral cristiana). CONCLUSION. No siem p re resu lta fácil com p render una ideología ex traña; pero ¿se puede creer en la buena fe de los ideólogos m arx istas cuando fren te a las doc trinas cristianas se mueven en una ab so lu ta falsifi cación, desde el p rincip io h a s ta el fin? La comprensión no puede empezar po r las ram as; tenemos que ir a la raíz m ism a de los p ro blemas, a su p lan team ien to más rad ical. Para este p lan team ien to he encon trado en FFM unas ideas que, además de se r acertadas, sitúan el p rob lem a sobre una base sólida. Se escribe allí: «Cuando el hom b re piensa con arreg lo a las leyes de la lógica, pa rtiendo p a ra ello de p rem isas acertadas, llega a conclusiones en consonancia con la realidad . Esto indica que realidad y pensam ien to obedecen, en esencia, a las m ismas leyes» (FFM, 32). Este es tam b ién un p rincip io fundam en tal en nu e stra filosofía. Sólo que al avanzar desde ah í tom amos d istin ta dirección. Para los m arx istas el p rincip io unificador de pensam ien to y realidad es la m ate ria ; p a ra noso tros es el E sp íritu . Si una llave sumam en te complicada encaja y se adap ta a una ce rradu ra , h ab ría que explicar esa correspondencia pa rtiendo , no de la llave ni de la ce rradu ra , sino de alguien que planeó la una p a ra la o tra . Si en lo finito vemos que coinciden el en te y el logos, es po rque esa correspondencia está p laneada, fundada, en lo Infinito. Es que existe Dios. M ien tras en lo finito se d iferencian su je to y ob jeto , en el Ser infinito hay un idad abso lu ta de ser y de conocer. Y es a p a rtir de El como se explica ú ltim am en te toda la realidad . Como escribió San Buenaven tura: «Esta es toda nu e stra metafísica: acerca de la emanación, de la e jem p la ridad y de la finalidad» 1<s. Sólo ah í tenemos la explicación suficiente del mundo y del hombre. G a b r ie l de S o t ie l l o , O. F. M. Cap. Salamanca. - La Serna. 16. <Haee est tota nostra metaphysica: de emanatione, de exemplaritate, de consummatione, scilicet ¡Iluminan per radios spirituaies et reduci ad summum. Et sic eris verus metaphysicus». ¡n Exaein., 1, 17
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