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2 2 6 LA F IL O S O F IA C A T O L IC A V IS T A D ESD E LA U .K .S .S . ninguna teo ría «idealista burguesa» defiende la aparición simu l­ tánea de todas las estrellas. Casualmente tengo al lado el lib ro del jesu ita Otto Semmelro th , «El m undo como creación». Un cap ítu lo de ese lib ro lleva po r títu lo : «La creación perdura» . Y en él se lee lo siguiente: «Este mundo imperfecto testifica, p recisam en te en su evolución dinám ica, el pode r creado r de Dios, que actúa sin elimi­ nar las fuerzas evolutivas propias de la creatura, puesto que las actualiza» 13. Resulta demasiado cómodo re fu ta r «de un modo ca­ tegórico» fan toches que uno m ismo ha creado. En cuan to a lo o tro , a que la evolución cósmica dem uestra que ese proceso es infi­ nito, sería bueno reco rd a r que una simple afirmación , po r muy categórica que sea, nunca ha equivalido a una p rueba. Desearíamos menos afirmaciones ro tund a s y más ob jetiv idad en la información, y alguna p rueba que o tra de cuando en cuando. EN TORNO A CIERTOS CONCEPTOS BASICOS. Si aho ra abandonam os la pa rte h istó rica y pasamos al examen de algunos de los conceptos básicos de la filosofía católica, nos sa ld rán al paso las m ismas falacias. Comencemos po r la idea ci­ mera, la idea de Dios. Ya el hecho de creer en El ha de queda r ridiculizado. Konstan tinov hab la de «la fe p rim itiva y sim p lista en un Dios como un en te personal y todopoderoso» (FFM, 18). Sin duda que la fe en Dios es p rim itiva, pero esperamos alguna acla­ ración sobre lo de simp lista. A no ser que como ellos son los cien­ tíficos... Po r todas las esqu inas nos sale al paso la gastada m etáfo ra de Marx, verdaderam en te adorm ecedora, de la religión como opio p a ra el pueblo. Si p regun tam os cómo ha en trado en los hom b res esa idea p ri­ m itiva, la respuesta ya se sabe: la idea de Dios es un p roducto de de te rm inadas condiciones sociales. Konstan tinov dice, muy en se­ rio, que no es una idea innata. «A despecho de las afirm aciones de los teólogos y pensadores idealistas, se ha dem ostrado desde hace largo tiempo que la idea de Dios no es innata» (FFM, 631). Lo que no nos dice es quién ha dem ostrado eso, ni desde cuándo. Se re ­ m ite, como en los cuentos, a un vago «desde hace largo tiempo». Es así m ejor, p a ra no comprom eterse. Se lo vamos a decir noso­ tros. Quien ha dem ostrado eso han sido p recisam en te los teólogos 13. Otto S e m m e lroth , E l mundo como creación. M a d r id 1965, p . 61. V é a s e t a m ­ b ié n V a r io s , La Evolución. M a d r id 1966.

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