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G A B R T EL D E S O T IE L L O 225 gión y la ciencia en trañ a la subo rd inación de ésta a aquélla, puesto que p a ra los neo tom istas los dogmas religiosos son verdades supra- racionales» (FFM, 706-7). No vemos la conclusión final. Quiero decir que no se ve la lógica en esa conclusión. De que los dogmas sean verdades sup ra rrac ionale s no se sigue ninguna subord inación . A lo sumo se seguiría que, si en la ciencia la razón hum ana es c riterio ú ltim o y en la religión el criterio ú ltim o es la revelación, no hay posib ilidad de choque y po r lo m ismo no hay lugar a que la razón quede subo rd inada. Ex istiría tal subo rd inación si la revelación im ­ pusiese doc trinas científicas con tra ria s a la razón y ésta tuviera, po r imperativo externo, el deber de acep tarlas. Donde al m ismo Konstan tinov se le escapan todos los hilos y nos da un verdadero en red ijo es cuando a tribuye a los neo tom istas un concepto de la esencia del «ser sensible e inmutable» (!), esen­ cia que es «invariable e incognoscible y consiste en cierto su stra to esp iritual que une, al m ismo tiempo, a la na tu ra leza y a su crea­ dor» (FFM, 707). Ningún tom ista entiende este galimatías y me imagino que K onstan tinov no lo en tiende tampoco. ¿Cómo van a decir los neo tom istas que la esencia del ser sensible es esp iritual? Sería lo m ismo que decir que el cuad rado es redondo o triangu la r. ¿Y cómo saben que es e sp iritua l si an tes la han declarado incog­ noscible? Y siendo incognoscible, ¿de dónde sacan que es inva­ riab le? Y si Dios es trascenden te y de natu raleza to ta lm en te diversa de la realidad finita, máxime la sensible, ¿cómo una esencia iba a un ir ambos extremos? ¿E s que se puede inven ta r unos tom istas tan romos que no caigan en la cuen ta del cúmulo de contrad icciones que im p licaría sem ejan te doc trina? ¿Y qué decir de la a ltu ra in te­ lectual del catolicismo si el neotom ismo, tan d ispa ra tado , ha sido declarado po r León X III «como la ún ica filosofía verdadera» , según nos en te ram os aho ra po r los rusos, ya que po r aqu í no se hab ía oído nunca cosa sem ejan te? Pero, puestos a falsificar, ¿ a qué detenerse en la filosofía? La ciencia no iba a co rre r m ejo r suerte. Lo im po rtan te es rep e tir h a sta la náusea que sólo el m aterialism o dialéctico es un sistema cien­ tífico y que todos los demás son anticientíficos. Quizá í'emachen tan to esto p a ra no ser menos que León X II I... Vaya una p rueba de esa deformación: «El hecho de que h a s ta el día de hoy con tinúe el p ro ­ ceso de form ación de estrellas, como lo dem uestran los científicos, re fu ta de un modo categórico las teo rías idealistas bu rguesas res­ pecto a la aparición sim u ltánea de todas las estrellas en una época rem o ta, y dem uestra que el proceso de creación y destrucción de estrellas es infinito» (MMD, 83). Yo no soy científico, pero b a sta tene r una elem en talísim a cu ltu ra de astronom ía p a ra saber que

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