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182 LA CO N T EM P LA C IO N E S T E T IC A E N S. B U EN A V EN T U R A Desde el momento en que el concepto de ser se constituye, afir­ mándose a sí mismo de manera absoluta y necesaria, en contra­ posición de las realidades, limitadas y contingentes, de las que es abstraído, el problema metafísico queda planteado. ¿Cómo puede existir multitud de seres, cuando el ser es uno, absoluto, necesario? ¿Cómo sucede que aquello en que las realidades se distinguen, es precisamente aquello en que convienen ser? Para San Buenaventura, la solución radica en su teoría ejempla- rista. Entre el ser y la nada no cabe más que un término medio: la imagen del ser. El reflejo del ser, su vestigio o su huella. La mul­ tiplicidad de las cosas y de los hombres es posible sólo, y única­ mente sólo, si se admite que su existencia no consiste más que en ser imagen, semejanza, vestigio o huella del verdadero ser. El ver­ dadero ser es la causa ejemplar eminente infinita, cuyas virtuali­ dades inagotables de imitación realizan de mil maneras los entes del universo. Por ello la metafísica debe tratar, ante todo, de la causa ejemplar en la que encuentran explicación adecuada todos los seres imagen o ejemplados 2. La creación supone, por parte de lo creado, el ser después del no ser, y, por parte del que crea, causalidad eficiente infinita, cau­ salidad ejemplar eminente, y causalidad final absoluta. Causalidad eficiente infinita, porque la creación exige pleno dominio sobre el ser. Causalidad ejemplar eminente, porque lo creado ha de imitar en la totalidad de su ser a la causa ejemplar y ésta no puede, por ser infinita, crear algo que sea infinito también. La causalidad final absoluta, ya que toda operación responde a una idea capaz de hacer pasar al principio operativo de la inactividad a la actividad, y esta idea —finalidad— no puede encontrarse fuera del creador, ya que fuera del creador sólo hay la nada. El fin que mueve al Creador y que está en él, ha de poseer los mismos caracteres que tenga el creador. Ha de ser, pues, absoluto 3. 2. T it u s S zabo, De SS. Trinitate in creaturis refulgente. Orbis catholicus-Herder, Roma 1955. 3. J.-M. B is s e n , Vexemplarísme divin selon Saint Bonaventure, Librairie Philo- sophique J. Vrin, Paris 1929. Entre los textos bonaventurianos escogemos los que nos parecen más definitivos (Opera omnia. Quaracchi 1882-1902): «Nisi quis posset considerare de rebus, qua- liter originantur, qualiter in finem reducuntur, et qualiter in eis refulget Deus, inteiligentiam habere non potest». Coll. in Hexameron, t. V, p. 343. «Metaphysica, circa cognitionem omnium entium, quae reducit ad unum primum principium, a quo exierunt secundum rationes ideales, sive ad Deum in quantum principium, finis et exemplar». Reduct. ar. ad theol., t. V, p. 371. «Hoc est medium metaphysicum reducens, et haec est tota nostra metaphysica:

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