PS_NyG_1967v014n002p0181_0204

VICENTE MUÑIZ 1 9 9 alguna m anera en todos los actos de la natu raleza hum ana. También en la contemplación. Aquí, esta un idad es percib ida po r el alma de un modo consciente, aunque confuso. Y acompaña a la intuición d irecta del ob jeto contemplado. La persona hum ana percibe su estado de contemplación, su realidad p rop ia y, a la vez, el ob jeto contemplado. Se puede, po r esto, h ab la r en la con templación de con tu ición en el alma de sí m isma 46. La in tu ición no es discursiva. No exige ser conducida po r ila­ ciones lógicas p a ra tene r certeza. La intuición, da, po r sí m isma, certeza de lo contemplado. Y po r ser la clase más a lta de conoci­ m iento in telectual, ap rehende su ob jeto en toda p len itud . Como imagen y semejanza de su artífice. Fundam en to y posibilidad de tal certeza son ofrecidas po r la teo ría de la ilum inación. La certeza supone, po r p a rte del su jeto que la posee y en cuan to la posee, infalib ilidad . No se tra ta de que el su jeto sea infalible en sí m ismo. Se enuncia sencillamente el hecho de que la certeza p a ra ser tal ha de a le ja r de sí cualqu ier posib ilidad de e rro r o equivocación. Por p a rte del ob jeto que en­ gendra la certeza se exige inm u tab ilidad . La in falib ilidad del conocim iento cierto exige unas reglas o princip ios que sean no rm a segura y exacta del conocer humano. La inteligencia, como luz n a tu ra l, no puede ser este c riterio , ya que entonces, ¿con qué regla o princip io juzgaría sobre sí m isma? Es necesario, pues, tran scende r el p rop io conocim iento. Buscar esa no rm a o criterio infalible fuera del alma. Es necesario que la luz n a tu ra l de la inteligencia pa rticipe de alguna m anera de la luz divi­ na infalib le y eterna. Es necesario un in flu jo de Dios en la actividad in telectual de la c rea tu ra . ¿Cuál es este in flu jo? ¿Cómo se verifica? Deo est perfecta delectatio... quia nata est anima ad percipiendum bonum infinitum quod Deus est, ideo in eo solo debet quiescere et eo frui». I Sent., dist. I, a. 3, q. 2; t. I, p. 41. «Nihil satiat animae humanae appetitum nisi sola Trinitas, quia cum sit nata capere Deum, nihil minus Deo ipsam implet». IV Sent., dist. IL, p. I, a. unie., q. I; t. IV, p. 1000a. 46. S a in t B o n a v e n tu r a e , Itinéraire de l'ame en elle-meme. Introduction et tra­ duction de Jean de Üieu de Champsecret. Blois (1956). En la introducción Juan de Dieu defiende la «intuición sin concepto en la contemplación mística. La discusión que en torno a este tema se originó, motivada por el estudio de Juan de Dieu, puede verse en: Louis de M e r c in , L'intuition sans concept selon le P. Jean de Dieu, en Etudes Franciscaines 27 (1961), p. 147. «Haec contemplatio (se refiere al pasaje del Eclesiastés que dice: contemplatus sum omnes labores et industrias hominum [4, 4]) est liber ac perspicax et defixus intuitus ». Comtn. in Eccles., c. IV; t. VI, p. 38a.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz