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V IC E N T E M U Ñ IZ 191 arte caen dentro de su patrimonio. El acto mediante el cual las posee y en ellas se deleita es la contemplación estética. Toda teoría sobre la contemplación estética supone, por razón del sujeto que contempla, un preámbulo antropológico. ¿Cómo está constituido el hombre para gozar de la capacidad contemplativa? ¿La contempla­ ción estética es fruto del espíritu o de la materia o de ambos? ¿En qué facultad del hombre ha de centrarse de manera primor­ dial la contemplación estética, en la inteligencia o en la voluntad? La especulación bonaventuriana en torno al hombre busca el equilibrio entre dos extremos, aparentemente contradictorios: la superioridad e independencia del alma respecto al cuerpo y la uni­ dad sustancial que estos dos elementos constituyen. La teoría de la pluralidad de formas que se apetecen naturalmente, de manera ascensional, hace de fiel que equilibra esos extremos. El alma se siente como desgarrada continuamente por dos incli­ naciones. Una hacia el cuerpo, otra hacia lo espiritual. Sufre la tensión entre el mundo material que la rodea y el mundo espiritual al que pertenece y al que no puede renunciar. Es esta pertenencia al mundo espiritual la que permite considerar al alma en sí, de manera independiente respecto al cuerpo 23. El alma es simple, subsistente. Pero su simplicidad no es plena, ya que admite composición con la materia, para poder así cons­ tituirse en sustancia independiente del cuerpo. Posee en sí y por sí el fundamento y principio material de su existencia y el principio esencial, según cuya capacidad recibe la existencia 2*. Las facultades del alma son inteligencia y voluntad. La inteligen­ cia es luz y visión, razón y discurso. Su actividad aprehendedora de non est status in genere finis nisi in optimo. Similiter pulcrum et pulcrius (redu- citur) ad pulcherrimum quia non est status in genere speciei et formae nisi eo quod est ipsa Species per essentiam». I Sent., d. Ill, p. I, d. I; t. I, 78. 23. «(homo), qui est creatura dignissima, sicut philosophus testatur et recta ratio, hominem esse finem omnium quae sunt». I I Sent., dist. XIV, p. II, a. II, q. Ill; t. II, 363. Cf. nota (19). «Est igitur spiritus rationalis medius inter primam et ultimam, ita quod primam habet inferius, secundum interius, tertiam superius». Brevil., p. II, c. 12; t. V, 230. 24. «Anima est forma, ens, vivens, intelligens, libertate Utens». Brevil., p. II, c. IX; t. V, 226: «Anima rationalis propriam operationem hebet, secundum quam non pendet ex corpore». I I Sent., d. XX IX , a. I, p. I; II, 459. «Distant anima a corpore, et non solum sicut forma a materia, sed etiam sicut spirituale a corporali et sicut perpetuimi a corruptibili». I I Sent., dist. XV, a. II, q. II; t. II, 385.

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