PS_NyG_1967v014n001p0085_0108

106 POSIBILIDADES HOY DE UNA LITURG IA FUNERAL — d iá cono : para que este siervo de Dios X sea acogido con albo­ rozo de resurrección a su llegada al paraíso por la comunidad del cie­ lo, roguemos al Señor... — d iá cono : para que Dios haga sentar a su mesa a este siervo su­ yo X dándole participación en el banquete eterno de la gloria, rogue­ mos al Señor... — c eleb ran te: Escucha, Señor, nuestra oración y ayúdanos. Que nuestra fe te descubra siempre en las cosas; en los aconteceres todos de la existencia. Que nuestro amor te quiera en todos ellos. Que nues­ tra esperanza nos empuje ahora, como empujó a tu siervo X, a ca­ minar siempre hacia la eterna LUZ: Tú que reinas siempre glorioso con tu Hijo en el Espíritu Santo. Amén. e) La comun ión de los fieles en estas misas. Ya hemos dicho a qué obedeció en concreto su desaparición. Sin embargo, si hay algo más maravilloso en estas misas que per­ mita a las familias, amigos y fieles en general unirse más y mejor con sus muertos, es la comimión eucarística. En la línea que venimos enfocando nuestro estudio, esto es evidente. Por otra parte, la prohibición de la misma en estas misas, ya no existe. Deben ser, por eso, los mismos sacerdotes los que se ocupen de reintegrar este elemento a su lugar en una misa de difuntos. Ellos deben ser los que acaben de convencer a sus fieles de la necesidad de la comunión dentro de estas misas. Todo será más fácil con una buena y continuada catcquesis. Pensamos que en la comunión y con la comunión en estas misas no deberá faltar el canto de un salmo escogido que le diera a ese mo­ mento otro dinamismo y otra visión, que ayudara a gustar más el sa­ bor pascual de la muerte. Quizá el hacerla en silencio no ofrezca tántas ventajas en este sen­ tido como el cantar durante el tiempo de la misma otro salmo de gozo. f) Los ornam en tos. En las contestaciones a nuestra encuesta, siete de treinta y cinco que nos han respondido, tocan expresamente este punto y hablan en general de la conveniencia y necesidad incluso de un cambio de color en los ornamentos usados hasta ahora en liturgia funeral. Ninguna nos señala el hecho en concreto de un cambio de color en su propia parroquia.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz