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LU IS SANCHEZ HERNANDEZ 101 En el momento justo de enviar esta parte de nuestro estudio a la revista, acaba de publicarse el Boletín ’’Pastoral litúrgica” de la Co­ misión Episcopal de Liturgia en España en el que, por fin, aparece el nuevo leccionario propio de estas misas; leccionario utilizable in­ cluso en las misas de primera y segunda clase, a excepción de las mi­ sas del día de la Conmemoración de todos los fieles difuntos 9. Y porque la novedad no deja de ser estupenda, cargada de recur­ sos pastorales insospechados, nos permitimos aquí algunas orienta­ ciones prácticas en tomo a la misma: a) Se trata de una posibilidad que la nueva o renovada liturgia intenta ofrecer a los pastores no para hacer cada cual como se le an­ toje, sino para que cada uno, sintiéndose más responsable por más pastor y distinguiendo siempre bien unos casos de otros, unas familias de otras, unas asambleas de otras... —no haciendo «distinciones», en­ tiéndasenos, sino considerando cada caso como es, cada familia y asamblea rodeados siempre de unas circunstancias peculiares, de fac­ tores sicológicos diferentes—■sepa escoger y acomodar para ellos unas lecturas en la misa de entierro, de funeral o aniversarios. Algo, como a primera vista se ve, de una gran importancia y trascendencia. b) No se trata, sin embargo, de que cada cual pueda escoger es­ tas lecturas al azar, a última hora, minutos o segundos antes de em­ pezar la misa; sino después de una clara, honda y seria exégesis e in­ teligencia de los textos que deberán estar a la base de la homilía y pueden y deben trasmitir un particular mensaje: nunca ni siempre el mismo para todos. c) Se trata de otra confianza —y esto sí nos parece importante— que la Iglesia quiere poner en la madurez personal de los sacerdotes, celebrantes siempre en activo y nunca poco más de simples «robots» en cualquier acción litúrgica. Hay que saber y comprender toda una larga y complicada historia de la misa, por ejemplo, para darse cuen­ 9. Com isión E p isco p al de L itu rg ia : Pastoral Litúrgica (1966) 18. P a ra u n a po­ sible con fron tación y curiosidad de los entendidos ofrecem os, a continuación, las lectu ras escogidas por B é lg ica y ag ru p ad as por R . G an to y en cu atro tem as dis­ tin tos. So n las sig u ie n te s: resurrección: 1 C o r 15 , 12-28; R om 8, 12-23; Col 3, 1-4 ; J n 5, 25-29; 1 1 , 2 1-27; 17 , 1-5 ; eucaristía y vida eterna : 1 Cor 15 , 5 1-57 ; C o l 3, 1-4 ; J n 6, 37-40, 51-57; esperanza : 1 P t 1, 3-9; S ab 3, 1-9; R om 8, 12-23; M e 13, 33-37; J n 17 , 24-26; M t 25, 31-46; muerte y pascua : R om . 8, 31-39 ; Apoc. 2 1, 1-5 ; J n 12 , 20-28; M t 5, 1-12 . (V éase Paroisse et Liturgie [1966] 327). E l proyecto, sin em bargo, de n u evas y v a ria d a s fectu ras, propuesto p o r R om a y que nosotros conservam os, es m ás am bicioso, si se quiere. A b arca tam bién la m isa de bautism o de u n a d u lto ; la m isa y celebración de la c o n firm ació n ; la m isa y celebración del m atrim o n io y el rito de los fu n erales de un niño.

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