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62 EXEGESIS CATOLICA Y CUARTO EVANGELIO 2) En ©1 cap. 5, la precisa información sobre la piscina de Bezeta se ofrece exacta en cuanto al nombre, situación y construcción. 3) Los temas teológicos desarrollados con ocasión de la Pascua (cap. 6) y la fiesta de los Tabernáculos (cap. 7-8) reflejan un conoci­ miento detallado de las ceremonias festivas y de las lecturas sinago- gales asociadas con dichas fiestas. 4) Los detalles sobre Jerusalén parecen también del todo exactos, como son las referencias a la piscina de Siloé (9, 7), al pórtico de Sa­ lomón, asilo en invierno (10, 22-23) y al pavimento de piedra del pre­ torio de Pilato (19, 13). De esta exactitud en los detalles podemos de­ ducir que el cuarto evangelio refleja un buen conocimiento de Pales­ tina, en la época anterior a la destrucción del año 70 d. de C. En cuan- a las características del lenguaje de Jesús en el cuarto evangelio, Br. llama la atención sobre la semejanza existente entre este modo de hablar del Jesús joánico y las formas de expresión de la literatura de Qumrán, realidad palestinense anterior también al año 70 u. Y concluye Br.: «En la mayor parte de la materia narrada en Jn. y los sinópticos no creemos que las pruebas favorezcan una dependen­ cia de Jn. con respecto a los sinópticos y a sus fuentes. Jn. bebe en una fuente independiente de tradición sobre Jesús, semejante a la que está a la base de los sinópticos. La primitiva tradición joánica era afín a la tradición premarcana, pero contenía también elementos seme­ jantes a los que se encuentran en las tradiciones peculiares a Mt. y Le. Además de la materia procedente de esta tradición independiente, Jn. tiene elementos que parecen sugerir un empréstito directo a la tradición sinóptica. Durante la formación oral de los relatos y dis­ cursos joánicos (etapa segunda), hubo muy probablemente algunas in­ terferencias con la tradición de la que sale el evangelio de Le.» I2. Pero dada la fuerte transformación que sufre dicha tradición joá­ nica primitiva en el largo proceso por el que pasa el evangelio, resul­ ta hoy muy difícil reconstruir el contenido, la forma y las caracterís­ ticas que tuvo. De lo primitivo quedan sólo elementos dispersos, difí­ ciles de valorar. Este proceso transformante lo coloca Br. en lo que él llama la se­ gunda etapa en la formación del evangelio: desarrollo de la materia tradicional según el esquema joánico. Durante varios decenios la tra­ dición fue examinada, seleccionada, repensada y modelada según la forma y estilo de los relatos y discursos que forman parte de Jn. Este proceso se realizó probablemente en la predicación y enseñanza oral, 11. B r. X L I I - X L I I I . 12. B r. X L V I I .

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