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S . GONZALEZ DE CARREA 81 En la fórmula soteriológica fundamental, «quien cree en el Hijo, tiene la vida eterna», reconocemos otra característica de la teología joánica: la actualización de la escatología 60. Sch. centra su interés en explicar los motivos que llevaron a esta actualización, a esta pre- sencialización de la expectación escatológica. Da por supuesto que Jn. mantiene la perspectiva escatológica (6, 39. 40. 44. 54; 12, 48; 5, 28- 29; 12, 25; 3, 36b; 4, 14. 36). La motivación fundamental estaría en la orientación del pensamiento joánico hacia el Cristo presente, en su cristología que ve ya en el Jesús histórico la gloria del Logos y en su palabra y en sus hechos la actual fuerza salvífica del Señor resuci­ tado. «Cristo es para él verdaderamente el presente escatológico» 61. Br. estudia el tema en dos apartados sumamente interesantes: la visión «vertical» y la visión «horizontal» de la acción salvífica de Dios y escatología realizada y escatología final. La visión «horizontal» consiste en contemplar a Dios actuando a través del curso de la his­ toria; la salvación se va realizando en la historia y constituye la meta de la historia. Es la manera tradicional de los autores bíblicos. La historia está dirigida por Dios. La visión «vertical» contempla los dos mundos como coexistentes, el uno celeste, el otro terreno; el te­ rreno es como sombra del celeste. La existencia terrena es una exis­ tencia caída. La salvación se logra gracias a una especie de fuga hacia el mundo celeste. Y esto acontece si algún ser de arriba desciende y libera al hombre de la existencia terrena. Frente a la concepción tradicional bíblica, el cuarto evangelio ofre­ ce, bajo muchos aspectos, una visión «vertical» de la salvación. El Hijo del Hombre ha bajado de los cielos (3, 13), la Palabra se ha he­ cho carne (1, 14), con el fin de ofrecer la salvación a los hombres. Hay un contraste constante entre dos mundos (3, 3. 31; 8, 23; 3, 6; 6, 63). Jesús trae la vida del otro mundo, la «vida eterna», al hombre de este mundo, y la muerte carece de poder sobre ella (9, 25). Pero hay también mucho de la visión «horizontal» de la salvación en Jn. En el prólogo no ignora la historia salvífica que comenzó con la creación. La historia judía ha sido la preparación para esta era definitiva en la que domina el Espíritu sobre la carne (4, 21-23). Toda la Escritura, que contiene la historia de salvación, apunta hacia Je­ sús (5, 39). Tenemos, pues, en Jn. una visión de la salvación «vertical» y «horizontal». 3. La escatología en Jn. 60. S cfl. 140. 6 1. Sch . 14 1. &

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