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7 8 E X E G E SIS CATOLICA Y CUARTO EVANGELIO mor más bien de que pueda ser considerada como algo independiente del Jesús histórico. Finalmente, observa que al tratar el tema de la Iglesia en Jn., no se deben olvidar los llamados «escritos joánicos», 1-3 Jn. y Apoc. A pesar de las diferencias existentes entre ellos, hay mucho de común en cuanto al estilo, ideología y terminología 51. Br. estudia el tema de la eclesiología bajo estos tres apartados: la cuestión de la comunidad, la cuestión del orden en la Iglesia y la cuestión del reino de Dios. Llega a la siguiente conclusión: «Hay pa­ sajes en Jn. que nos dan el cuadro de una comunidad de creyentes, que han sido congregados por aquellos que envió Jesús. Es una co­ munidad estructurada, pues algunos son pastores (al menos Pedro, según 21, 15-17) y otros ovejas. Si una tal eclesiología no ha sido más recalcada en el evangelio, el hecho se explica fácilmente si el evan­ gelista daba por supuesta la existencia de la Iglesia, su vida e insti­ tuciones y se interesaba en vincular esta vida directamente a Jesús. Que esto es asi y que el evangelista no se opuso a una Iglesia organi­ zada está indicado en ios otros escritos joánicos» 52. La posición de Sch. es parecida. No se puede negar —dice— su connaturalización con el gran pensamiento eclesial ni la presencia de la idea de Iglesia en su teología. El grupo de discípulos del evan­ gelio representa a la Iglesia posterior y se abre hacia ella más de una vez (4, 38; 17, 18. 20-21; 20, 21). Se presenta como el rebaño de los creyentes que el Padre ha confiado al Hijo (10, 1-18. 26-29) y bajo la imagen de la vid y los sarmientos. Jesús habla además «de otras ove­ jas que no son de este redil» y que El tiene que conducir (10, 16), lo mismo que de los «hijos de Dios dispersos» que El debe «congregar» (11, 52). Ruega por la unidad de todos los que han de creer por la pa­ labra de los discípulos (17, 20-21). Si, por otra parte, se tiene en cuen­ ta que los sacramentos y el culto pertenecen a la Iglesia, el pensa­ miento eclesial de Jn. adquiere mayor profundidad. También detrás de los dichos sobre el Paráclito está el pensamiento de la Iglesia, en la cual, por medio de la palabra apostólica, el Espíritu enseña y trae a la memoria todo lo que Jesús dijo (14, 26; 16, 13-14). La Iglesia apa­ rece en su cometido y práctica misional para con los no judíos (10, 16; 11, 52; 12, 20-24; 4, 38). No existe ningún indicio de que el cuarto «evangelista» pertenezca a círculo alguno separado de la gran Iglesia misionera 33. 5 1. B r. C V -C V III. 52. B r. C X -C X I. 53. S ch . 144-145.

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