PS_NyG_1967v014n001p0057_0083

S. GONZALEZ DE CARREA 73 mentó tomado de la elevada teología no conduce a ningún resultado seguro. Lo que no se puede afirmar sin más es la imposibilidad de que el pescador de Galilea pueda ser responsable de una obra como el cuarto evangelio 40. 3. La identificación del ’’discípulo a quien Jesús amaba” . Son de sobra conocidos los problemas modernos en torno a la iden­ tificación del «discípulo amado». Sch. y Br. analizan una vez más los textos en que aparece esta enigmática figura evangélica. Las conclu­ siones de ambos son parecidas. Rechazan la opinión que sostiene el carácter puramente simbólico del «discípulo amado». No se trata de un mero símbolo, aunque su persona esté cargada de simboilismo. Br. se interesa por el examen de las diversas hipótesis identificativas que se han propuesto: Lázaro, Juan Marcos, el apóstol Juan, etc. Los tex­ tos evangélicos favorecen la identificación con Juan 41. Sch. examina también brevemente los argumentos en pro y en contra de la identi­ ficación con el Zebedeo 42. De esta confrontación, de la que no se de­ duce ningún resultado claro, se podría sacar una conclusión pesimis­ ta: es imposible conocer el autor del evangelio. 4. Ensayo de solución. Después de examinados los puntos anteriores, Sch. y Br. propo­ nen una solución interesante al difícil problema de la autenticidad del cuarto evangelio. En ella intentan hacer justicia a dos elementos importantes: por una parte, salvar la autoridad apostólica del evan­ gelio, respaldada fuertemente por la tradición antigua de la Iglesia; por otra parte, justificar los resultados del análisis interno, que no favorecen, más bien desaconsejan la hipótesis de Juan el apóstol co­ mo autor del evangelio. Ambos autores, al proponer su hipótesis ex­ plicativa, tienen en cuenta también las conclusiones sacadas del es­ tudio del proceso formativo del evangelio. Como primera consecuen­ cia, los dos afirman que con toda certeza la redacción final no es obra del apóstol Juan 43. Esto supuesto, queda por resolver el siguiente problema: ¿Hay que 40. S ch . 81. 4 1. B r. X C V -X C V III. 42. S ch . 83-85. 43. B r . X C I X ; S ch . 60. 87.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz