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S. GONZALEZ DE CARREA 71 locales o cronológicos y algunos pequeños rasgos narrativos que pu­ dieran muy bien interpretarse como efecto de un autor testigo pre­ sencial. Pero hay otros muchos que están en contra y que amortiguan la confianza de tener ante nosotros el relato de un testimonio ocular, aunque haya informaciones que puedan proceder de un «narrador de primer rango» 36. Br., después de examinar las probabilidades que tiene Juan el após­ tol de ser el garante de la primera etapa, de la tradición joánica, se pregunta si el responsable de la segunda, tercera y cuarta etapas es también un testigo presencial (Juan). ¿Es realmente concebible —se interroga— que la forma final del relato de la unción de Jesús por María (12, 1-7) remonte a un testigo ocular? Y reconoce sinceramen­ te que tanto en este como en otros muchos casos, da distancia entre la forma actual y lo que la crítica científica reconstruye como pri­ mitivo es muy considerable. Este distancia supone simplificación, am­ plificación, organización, dramatización y desarrollo teológico de la materia tradicional. El responsable de un tal proceso difícilmente pudo ser un testigo presencial 37. Personalmente estoy de acuerdo con esta conclusión de Br. Si algún valor hay que dar a la crítica litera­ ria seria, a la crítica histórica y a la morfocrítica, se debe afirmar que una obra como el evangelio de Jn., tal como hoy lo tenemos, no pue­ de ser producto de un autor que, en el supuesto, ha vivido en la inti­ midad de Jesús, ha participado en su ministerio público, ha escucha­ do repetidamente su palabra y era hijo de su tiempo y ambiente. Ad­ mitir lo contrario es suponer que el apóstol ha cambiado totalmente su modo de pensar, ha olvidado lo que oyó y ha querido prescindir de todas sus experiencias como compañero de Jesús. 2. El carácter in terno del evangelio y Juan el apóstol. Sin duda, el argumento principa! contra la autenticidad joánica es el peculiar carácter teológico del evangelio. ¿Es posible que un pes­ cador del lago de Genesaret haya logrado una tan elevada formación, que haya podido elaborar una teología de tan alto nivel espiritual y en contacto con el helenismo? El evangelio testimonia conocimien­ tos judío-rabínicos (exégesis de la Ley), judío-helenistas (especula­ ción sobre la sabiduría) y muestra también contactos de ideas y len­ guaje con el helenismo pagano (idea del Logos, problemática gnós- 36. S ch . 78-79. 37. B r. C.

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