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V IC E N T E MUÑIZ 29 S. Buenaventura a firm a que Dios es la Luz Increada, en el sentido m ás propio. Y , en consecuencia, que el grado de perfección en los se res creados se define y dignifica según la mayor o menor participación de la creaturas respecto a la Luz Increada 6. Juan Duns Escoto recibe la corriente de pensam iento agustin iano- platón ica y la aristotélica. Hace la crítica de la ilum inación, como teo ría del conocer humano. Pero, cuando se trata de defin ir lo bello, se man tiene fiel a las doctrinas agustinistas, de las que hace una sínte sis. El dato revelado religioso le obliga a desbordar la pura m eta física natural, aristotélica, para crear una m eta física cuyo punto capital es la univocidad del ser. Esto es preciso tenerlo presente a la hora de querer elaborar una estética metafísica, según su pensam iento. La estética de los escolásticos medievales tiene pronunciados ca racteres, en cuanto a su forma de expresión. Las teorías en torno a la belleza son expresadas, en cuan to a la forma, de m anera dialéctica. El método repetitivo de las antiguas escuelas deja paso al dialéctico, cuya expresión perfecta la encontramos en las sumas teológicas 7. Las teorías sobre la belleza nunca consisten en experiencias per sonales, sino por excepción. Son teorías que parten de definiciones dadas en obras de filosofía o teología más que en tratados positivos. Estas definiciones son comparadas en tre sí y reducidas a unidad. S iem pre son puestas en relación con otras definiciones, especialmente con los atributos transcendentales del ser, bondad, verdad y unidad. Son tratados con problemas que tienen m ás de metafísicos que de esté ticos 8. A la hora, pues, de encuadrar en el marco histórico del pensam ien to a Juan Duns Escoto, debemos hacerlo en la corriente del filosofar p latón ico-agustin iano. Con m arcada in fluencia de Aristóteles. La es tética m eta física de Escoto responde a la problemática de las condicio nes requeridas para que nuestro conocim iento de Dios sea objetivo, o a la univocidad del ser. dans ei agenda e ffic a c ia m , e t secundum q u am a tte n d itu r cuiuslàbetfo rarn e corpo- ra lis m e n su ra in d ig n ita te e t e x c e lle n tia » (ib id .). «A lio m odo lu x d ic itu r ipse fu lg o r, q u i est circ a coipus lum in o s um q u i cosequi- t u r e x is te n tia m ilucis in ta li m a te ria , e t qui e tia m est sensus ob iectum e t o p eratio - n is in s tru m e n tu m ; e t sic est a c cid en tale com p lem en tum » (ib id ., p . 324). 6 . « P ro p riis im e e n im D eus lu x est e t quae ad ip s am m agis acce d u n t, plus ha- b e n t de n a tu ra lucis» (ib id ., p . 323). 7. E tie n n e G ils o n , La philosophie au moyenage. 3 ed ., P a y o t,P a ris , 1947, pp. 233-38. M . - D . C h e n u , Introductio a l’étude le Saint Thomas d'Aquin. M o n tre a l-P a ris , 1950, c .I, p p . 51-60 y c. I I , p p . 67-81. 8 . E d g a r de B r u y n e , o. c . , t . I l l , c. I .
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