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V IC E N T E MUÑIZ 53 siones y procede de S. Agustín 76. Sobre esta definición pueden hacer­ se algunas reflexiones. Por ser adhesión, tendencia unitiva hacia el bien honesto se trata de un amor de amistad. El amor de amistad ope­ ra según la recta razón, es ordenado. Y se fundamenta en la bondad y en la unidad. Algo es digno de ser amado por sí mismo, en cuanto es bueno y uno. Cuando se da la máxima unidad y la máxima bondad, se da la razón perfecta de amabilidad. Tal sucede con Dios; de aquí que Dios sea el bien honesto sumo 77. El amor de amistad es un movimiento de la voluntad por el que ésta busca unirse con lo amable en sí. La fruición consiste en este acto. Es por tanto constitutivamente una acción, no una pasión de la voluntad 78. De aquí que Escoto afirme que el gozo o la delectabilidad no es intrínseco a la bienaventuranza. En toda fruición se sigue el gozo, pero éste es algo accidental, algo que no pertenece al constitu­ tivo de la fruición. El amor de amistad es superior al de concupiscencia 79. Y dentro del amor de amistad hay diversos grados. El sumo y perfecto es el que tiende a Dios, infinita amabilidad. La escala de este amor va desde el amor con que la creatura racional se ama a sí misma hasta la divinidad. Este amor de la creatura a sí misma es raíz del pecado más hondamente humano y en que cayeron también los ángeles. Por este amor, el hombre puede llegar hasta el desprecio de Dios. Es la frase agustiniana: dos amores crearon dos ciudades: una la del amor 76. H abernos ig itu r q u a n tu m ad p ro p o s itum q u ttu o r d is tin c ta : a c tu m im p erfec - tu m vo lendi b o n um p ro p te r a liu d , qui v o c a tu r usus, e t a c tu m p e rfe c tu m vo lendi bo- n u m p ro p te r se, q u i v o c a tu r fru itio , e t a c tu m n e u tru m , e t d e lec tatio n em consequen- tem a c tu m . D e secundo p rin c ip a li, cui s c ilic et is to ru m co n ven it hoc n om en fi-u i, p o ­ tes t c o llig i...» . Ord., I , d . I , p . 2 ; n . 68, p . 51. « F ru i est am o re in h a e re re p ro p te r se». Ibid., n . 70, p . 53. C ita a S. A g u stín I De doctrina Christiana, c. 1. «S o lum p rim u m velie est fru i, quod est am o re in h a e re re p ro p te r se, sc ilicet a m a ­ tim i» . Ox., 1. 4, d. 49, q. 5, n n . 2-3 ; t. 21, p . 172 (E n Ila edic. de V iv e s ). Y en otros m uchos pasajes, esp ecialm en te en el tra ta d o «D e fru itio n e » . 77. « (A m ic itia ) co n iu n g it secundum re c ta m ra tio n e m p o te n tia m cum obiecto». Rep., 1. 3, d. 27, n . 16; t. 23, p . 485b. « A m ic itia fu n d a tu r su per u n ita te m » . Ox., 1. 3, d. 27, n . 1 ; t. 15, p . 354b. «R a tio n es b o n ita tis e t u n ita tis s u n t ra tio n e s d ilig ib ilis» . O x., 1. 3, d. 29, n . 3 ; t. 15, p . 390b. (E . V iv e s ). 78. « C um e n in d ic a t a u to rita s ’’n o n actus esse fru c tu s sed passiones” , s e q u itu r quod fr u i n o n est d e le c ta n , q u ia fru c tu s est ob iectum fru itio n is ; passio a u te m n o n potest esse it a p rim o o b ie ctum su i, sic u t p o te st esse o b ie ctum ac tu s ... A u c to rita s a u ­ tem n o n d ic it a liq u id consequens a c tu m esse fru itio n e m , sed fru c tu m , id est fru itio n is obiectum ». Ord., I , d. I , p . 2 ; n . 74, p . 57. C f. T o d a es ta segunda p a rte , y Ox., 1. 4 ; t. 21, p . 98p. 79. C f. n o ta 59.

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