PS_NyG_1967v014n001p0027_0055

V IC E N T E MBÑIZ 51 Pero la voluntad tiene una prerrogativa incalculable, la de su li­ bertad. Por ser dueña y señora de sus actos puede prefijarse un fin último que no sea Dios. En su facultad está el referir o no referir las cosats creadas a Dios, estableciendo así un fin último. En su poder está el querer algún bien por razón del mismo bien, no refiriéndolo a ningún otro, y prefijando así el fin en aquel bien. Bajo este aspec­ to ila razón de fin sigue al acto de la voluntad o al modo de ser del objeto, en cuanto la voluntad prefijó en él tal fin absoluto 71. Voluntad recta y voluntad perversa creadora de su propio fin úl­ timo: he aquí las dos antítesis de la contemplación estética fruitiva. En ambas la causalidad inmediata es de orden volitivo. Pero puede suceder un tercer caso: aquel en el que la inteligencia erróneamen­ te presente a la voluntad un objeto como último fin. Entonces la ra­ zón de fin precede en la aprehensión del objeto a la fruición. El fin es lo que atrae, lo que sirve de aliciente en la aprehensión de tal ob­ jeto último aparente 72. El objeto de la fruición, igual que en S. Buenaventura, es en sen­ tido propio para Escoto el FIN ULTIMO. Dios, como bondad infinita y eterna, en quien se verifica la coincidencia de las tres bondades: la útil, la deleitable y la fruitiva 73. Sin embargo, también ejercemos sobre la tierra cierta clase de fruición, ya que en el tiempo podemos amar con amor de amistad que es el amor propio de ila fruición. Un amor en que amamos las cosas y los bienes por lo que de valor y dig­ nidad tienen. Porque son en sí mismos amables, dignos de nuestro amor. Es el placer estético terrestre. Pero este objeto, por no ser ple­ namente saciativo en si de la potencia, es como un hito que señala la dirección a la belleza divina. Toda belleza terrestre dice relación, está abierta a la belleza de su creador. En manos del hombre está el aceptar o no esta relación. La posibilidad de esta fruición terrestre c e n n a m ... ergo n o n q u ie t& tu r p o te n tia fru en s n is i u b i est p e rfe ctis sim um ens. H oc est s u m m um ta n tu m » . Ibid.., p . 5. 71. «O b ie ctum fru itio n is in c o m m u n i, u t a b s tra h it ab o rd in a to e t in o rd in a to fin e , est fin is u ltim u s ; vel verus fin is , q u i sc ilic et est fin is u ltim u s ex n a tu ra re i, vel fin is ap p aren s fin is u ltim u s , q u i sc ilicet o s te n d itu r a ra tio n e e rra n te tanquaan fin is u ltim u s , ve l fin is p ra e s titu tu s , quem scilic et v o lu n ta s ex lib e r ia te sua v u lt ta n - q u am fin e m u ltim u m ... q u ia s ic u t in p o te state v o lu n ta tis est velie vel n o n velie, ita in p o te state sua est m odus vo lendi, sc ilic et re ffe re vel non re ffe re ...» . Ibid., p . 10, n . 10 . 72. « In fru itio n e in o rd in a ta fin is a p p a re n tis ra tio fin is c o n c o m ita tu r ob iectum fru ib ile . F o rte in ap rehensione p ra e c e d it fru itio n e m ediciendam , quasi ra tio obiecti a llicien s , a lite r , sed in fru itio n e fin is p r e fix i ra tio fin is s e q u itu r a c tu m , q u ia vel di- c it m o d um actus ve l m o d um obiecti». Ibid., p . 11. 73. C f. n o ta m 61.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz