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V A L E N T IN M ARTINO DE SOTO 5 servicio de Dios sumamente amado... Ya por el bautismo había muer­ to al pecado y se había consagrado a D ios; ahora, para conseguir un fruto más abundante de la gracia bautismal, trata de liberarse... de los impedimentos que podrían apartarle del fervor de la caridad y de la perfección del culto divino, y se consagra más íntimamente al di­ vino servicio» 7. La profesión de los consejos evangélicos se convierte pues en la rea­ lización plena y perfecta de la misma santidad eclesial. O lo que es lo mismo, la vida religiosa es la vida misma de la Iglesia, pueblo de Dios, vivida en un grado singularmente perfecto por la práctica de los con­ sejos evangélicos y el ejercicio de la caridad: «Esta santidad de la Iglesia se manifiesta incesantemente y se debe manifestar en los fru­ tos de gracia que el Espíritu Santo produce en los fieles; se expresa de múltiples modos en todos aquellos que, con edificación de los de­ más, se acercan en su propia vida a la cumbre de la caridad; pero aparece de modo particular en la práctica de los com únm en te llama­ dos con sejos evangélicos » 8. Dos consecuencias de singular importancia se deducen de lo que antecede: el valor de signo, y las ineludibles exigencias de apostolado de la vida consagrada. a) Valor de signo. La vida religiosa, generosa y responsablemente llevada, tiene razón de signo público y social de la vida y actividad de la Iglesia, de su dimensión transcendente y ultraterrena, de su índole escatológica, de su ser de peregrina y caminante con vistas a la ple­ nitud del reino. Merece la pena consignar algunas de las expresiones más caracte­ rísticas con que el Concilio quiere patentizar, como esencial y prime­ ro, este carácter epifániico de la vida religiosa 9. Justo es reconocer que el Concilio es enormemente sugestivo en este punto. — «El seguir la caridad perfecta por los consejos evangélicos... aparece como señal gloriosa del reino de los cielos» 10. «La consagra­ ción religiosa representa m ejor a Cristo, unido con vínculo indisoluble a su Esposa, la Iglesia» «La profesión de los consejos evangélicos aparece como un d istintivo que puede y debe atraer eficazmente a to­ 7. Lumen gentium, n . 4 4 : A A S 57 (1965) 50. 8 . Ibid., n . 39, p . 44. 9. Véase esbozada la diversa p ro b le m á tic a , a que puede d a r lu g a r este aspecto n uevo de la v id a relig io s a, en P . R. Regamey, O . P ., La consécration religieuse : Vie consacrée 38 (1966) 281 ss. 10. Perfectae caritatis, n . 1 : A A S 58 (1966) 702. 11. Lumen gentium, n . 4 4 : A A S 57 (1965) 50.

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