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14 E L R ELIG IO SO DESPUES DEL CO N C ILIO la presencia del Señor en medio de la comunidad 41. Seguir a Cristo im­ plica pues por parte de los religiosos conocerle y tomarle por modelo en su pobreza, en su obediencia, en su vida casta, y, sobre todo, en su estado de servidor de Dios y de los hombres; seguir a Cristo supone y exige vivir enteramente de su vida. Como medios para desarrollar esta espiritualidad cristocéntrica, el decreto recomienda a los religiosos leer y meditar asiduamente las Sagradas Escrituráis, y que nutran su piedad con la Sagrada Liturgia, especialmente con «el sacrosanto misterio de la Eucaristía» 42. Las consecuencias de esta vida en Cristo por parte de los religiosos no se pueden encerrar en unas cuantas normas. Más bien este vivir en Cristo ha de configurar toda su vida y todos sus quehaceres sacerdo­ tales, religiosos e incluso humanos. 2) Fidelidad a la propia vocación. La fidelidad al evangelio y a la Iglesia exigen un segundo paso en la renovación, que podíamos desig­ nar como «fidelidad a la propia vocación». La Iglesia pide a todas las instituciones que vuelvan al principio, y restauren con la mayor exac­ titud los perfiles iniciales que les dieron su razón de ser. Para ello «hay que conocer y observar el espíritu de los fundadores y los fines pro­ pios, lo mismo que las sanas tradiciones, todo lo cual constituye el pa­ trimonio de cada instituto» 43. Si el criterio fundamental de renovación es volver a la genuina y sencilla inspiración evangélica, no quiere esto decir que convenga fundir a todos los institutos en un evangelismo indiscriminado. La variedad es una positiva riqueza de la Iglesia. «Por disposición divina, surgió una admirable variedad de grupos religiosos, que contribuyó mucho a que la Iglesia no sólo esté dispuesta para toda obra buena, y preparada para ]a obra del ministerio para la edificación del Cuerpo de Cristo, sino que también aparezca adornada con la variedad de los dones de sus hijos, como una esposa ataviada para su esposo, y por ella se conozca la multiforme sabiduría de Dios» 44. No le interesa por tanto a la Iglesia el confuso panorama actual, en el que los institutos con fines muy similares se nivelan en un esquema desdibujado, que corresponde casi por igual a gran parte de ellos. «Contribuye al bien 41. Ibid., n . 15, p . 709. 42. Ibid., n . 6 , p . 705.E lm o tu p ro p rio "EcclesiaeSanctae" insistesobre lom is- m o : « S tu d ium e t m e d ita tio e v an g elio rum totiusqueS acraeS c rip tu ra e ap u d om nes sodales in d e a n o v ltia tu im pensjus fo v e a tu r» (A A S 58 (1966 ) 788, n . 16). 43. Ibid., n . 2, p . 703. 44. Ibid., n . 1, p . 702.

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