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GABRIEL DE SOTIELLO 3 5 1 quid y qnia. Como ejemplo del primer caso tenemos el del eclipse de luna, eclipse que es conocido en sus causas, pues se produce por la in ­ terposición entre ella y el sol de un cuerpo opaco, que es la tierra. Co­ mo ejemplo del conocimiento inferior presenta este otro fenómeno: la hierba de tal especie es cálida. Aun en este caso, si preceden las ex­ periencias necesarias, el conocimiento que se engendra es infalible; pero al no ver la razón intrínseca de por qué ocurre así, sólo llegamos a un conocimiento fáctico, y, sin que en ello veamos contradicción, podría separarse de esa hierba la cualidad de cálido. Por eso dice de este segundo caso: «expertus non haberet cognitionem quia ita est, sed quia ita aptum natum est esse» n. Llegamos con ello a la conclusión de que la inducción postula im­ prescindiblemente dos premisas: la experiencia repetida en circuns­ tancias diversas y un principio metafísico. Hoy deberíamos advertir que en el fondo se presupone algo más, ese algo que «por sabido se calla», y es la convicción del perfecto determinismo en el mundo de la naturaleza. Se presupone además que un ser material posee una unidad esencial perfecta, cosa que hoy no estaríamos tan dispuestos a conceder. Pero aquí n o se trata más que de exponer el nivel desde el cual un doctor del siglo xiv plantea el hoy llamado problema crítico. Sigamos. Aun con esos requisitos que enuncia Escoto, la conclu­ sión puede ser conocida «certius» y de un modo menos cierto, según que lleguemos a dam os cuenta de la causa que produce necesaria­ mente tal efecto o que no podamos hacer otra cosa más que consta­ tar la repetida aparición del mismo. Con ello Escoto parece llegar a la conclusión de que en ocasiones la inducción, aun apoyada en el principio metafísico antes aludido, no nos da una seguridad absoluta, metafísica. Con lo cual tendríamos que interpretar la n o falibilidad de que habló antes en un sentido un tanto laxo, como certeza sufi­ ciente que excluye toda duda razonable y que puede ser absoluta mientras n o intervenga una fuerza superior a las cosas. La termino­ logía no es acaso suficientemente explícita, aunque sí creo que el Doctor franciscano ha visto con claridad lo sustancial del problema de la inducción. c) La certeza acerca de nuestras vivencias. Los escolásticos sabían que se va a Roma por diversos caminos, y a la certeza científica por diversos procedimientos. Hemos visto el acercamiento a través de los primeros principios, que es un camino de 11. I b id ., n . 237.

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