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PE LA YO DE ZAM A Y O N 319 «In actu voluntatis divinae est necessitas simpliciter, et hoc tam in actu diligendi se, quam in actu spirandi amorem procedentem, scilicet Spíritum Sanctum» «Essentia divina est motiva immediate sui intellectus, sed non in- tellectus creati, quia intellectus divinus est primum mobile omnino, et ideo primo movetur a prima forma motiva, et nihil aliud est imme diate mobile a prima forma motiva» 12. «Recte ergo in divinis, in comparatione ad essentiam tamquam ad entitatem simpliciter primam et absolutam, consideratur omnis or do cuiuscumque sive quorumcumque, quae in divinis sunt» Con razón añade Gilson, después de citar y comentar algunos de estos textos: «Difícilmente se explica, en vista de esto, que un historiador tan notable como R. Seeberg, haya podido escribir: ”Duns hat Gott ais den absoluten geistigen willen verstanden” » l4. Decididamente hay que reconocer que Escoto ha tenido mala pren sa. Concluyamos, pues, con el mismo Gilson: «Si en Duns Escoto hay algo de ’’voluntarismo” , no será en Dios; y si se piensa que en su doctrina es contradictorio que un movimien to de la voluntad sea absolutamente el primero, cabe preguntarse: ¿Dónde podrá estar ese voluntarismo? Lo más prudente es que no se hable más de él» (Ibid). Y tiene razón. Pero si nos ceñimos a la actividad humana, sí pue de hablarse de voluntarismo. Hay en efecto dos tendencias dentro de los grandes sistemas escolásticos: ambas pretenden conducir al hombre a la bienaventuranza perfecta o posesión del fin último: DIOS. Pero mientras una lo intenta por el conocimiento, pues sos tiene que la esencia metafísica de la bienaventuranza consiste sólo en el conocimiento perfecto de Dios — «in solo actu intellectus»— y, por ende, síguese el primado del entendimiento y una libertad fun damentada sobre el juicio racional de los medios: la otra intenta eso mismo por el amor, pues la bienaventuranza formal esencialmen te consiste en el solo acto de la voluntad, a saber en el perfecto amor de benevolencia; de donde se colige el primado de la voluntad y una libertad fundada sobre la radical indeterminación de ésta. La posición primera denomínase in telectua lism o : a la segunda 11 . Quodl., x v i , n. 2 . 12. Quodl., X IV , n. 17. 13 . Quodl., q. I, n . 3. 14. Die Theologie des J. Duns Skotus, p. 654, en G il s o n , E ., Jean Duns Scot, Introduction a ses positions fundamentales, P a ris, 1952, p. 576.
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