PS_NyG_1966v013n002p0315_0343

318 LA L E Y N A TU R A L E N LA F IL O S O F IA DE ESCO TO más propiamente aceptan la misma leyenda 7. Pues bien, sin género alguno de duda hay que dar como cierto que lo enseñado por Escoto es algo muy diverso de cuanto le achacan estos impugnadores; más bien resulta ser todo lo contrario. En efecto: «Tria sunt principia: Deus, voluntas, natura. Voluntas est supra naturam. Deus autem super utramque». Esta tesis funda­ mental es de Alejandro de Hales 8. Escoto la hace suya, para estable­ cer que «Omnis actus praecedens actum voluntatis est mere natura- lis». Y también: «Máxime motio voluntatis est non naturalis» 9. De modo que es imposible que un acto de la voluntad sea absolutamente la moción primera: ésta tiene que ser natural, es decir, anterior a la voluntad; porque ésta, por el mero hecho de que tiende hacia un ob ­ jeto, presupone, por lo menos, otra, la totalmente natural del objeto que mueve al entendimiento. Luego, si existe una moción primera (que absolutamente no presuponga otra) tiene que ser natural. ¿Ha­ cia qué objeto? Este puede ser infinito, finito o infinito incluyendo al finito. Ahora bien, el objeto limitado presupone al infin ito; y no viceversa. Por lo tanto es imposible que la primera de todas las ac­ ciones naturales tenga por objeto un ser limitado o mezclado: por necesidad tiene que ser uno infinito puro, «simpliciter infinitum». Si aplicamos a Dios esta doctrina generalísima, hallaremos que el primer motor, fuente absoluta de toda moción, es la Divina Esencia; el primer móvil es el entendimiento divino, que mira a la primera como a su propio objeto, y la conoce con conocimiento necesario e infalible: acción puramente natural; de ella se origina una Persona Divina, el Verbo, engendrado, «dicho» por el Padre. Tenemos, pues, esencia divina, intelección divina de ella, gene­ ración del Verbo. La voluntad entrará en acción sólo en un signo pos­ terior. O quizá resultará todo más claro y convincente, si lo decimos con las palabras mismas de Escoto, prescindiendo de traducciones y co­ mentarios : «Primum motivum motione naturali est essentia divina, ut est obiectum intellectus sui...; motio omnino prima est elicere intellec- tionem in intelligentia paterna, et huic próxima est gignere Ver- bum» I0. 7. Puede verse u n catälogo de ellos en P a r t h e n iu s M in g e s , O . P . M ., Der Got- te;;begrifl des Duns Scotus aus seinen angeblich exzessiven Indeterminismus, W ien, 1907, pp. 1-4. 8 . Summa theologica (o Summa Fratris Alexandri), lib. I I I , p a rs I I, inquis. II, q. 1 / An sit lex naturalis, E d . Q uaracch i, 1948, p. 338. 9. Quodl., X IV , n. 14. 10. Ibid.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz