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E N R IQ U E R IV E R A DE V E N T O S A 301 En e l am o r ju stitia e n o s parece que Duns Escoto sigue esa línea de la filosofía griega que cu lm ina en el orden impersonal, tan en ­ cumbrado p o r los estoicos. En esta ocasión nuestro pensador se mueve más den tro del esquema de la filosofía clásica que ba jo el in flu jo de la m entalidad bíblica de la relación personal del hombre con D ios 34. Sobre e l am o r am ic itia e tenem os que añadir a lo d ich o que Duns E scoto n o logra p lena claridad al aplicar este con cep to del amor a la beatitud. En esta ocasión n os parece que ha perjudicado- a la teología escolástica el que b a jo el influjo- de la E tica a N ic óm a co de Aristóteles haya considerado la am istad com o la expresión más elevada del amor. De aquí el in ten to reiterado de expresar por m ed io de ella las íntimas y supremas relaciones entre D ios y los hombres. Ello ha dado pie para que los teólogos protestantes, como- A. Nygren, hayan acusado a la teolog ía ca tó lica de haberse d e ja d o im pregnar de filosofía aristoté­ lica. Exagera, sin duda, A. Nygren. P ero es indudable que la suprema v incu lación entre D ios y el hombre queda expresada de m odo más relevante y adecuado por el am o r libera lis y el am o r c om p la c en tia e . Veamos lo que e l d o cto r sutil entrevio acerca de estos dos supremos amores, a nuestro ju icio , los más genu inamente cristianos, 5. S ign ifica c ión c en tra l d el «am o r libera lis». Este subtítulo' lleva consigo un com prom iso intelectual. D eja ver en su trasfondo el enun ciado de una tesis, importante en la tem ática del amor, p e ro n o com pa rtida por todos. En e fe c to ; si e l am o r lib e ra - lis tiene una sign ificación cen tra l entre los temas del amor, quiere e llo decir que los demás amores se enraizan en él, se polarizan en to r ­ n o a él y en él hallan la razón de su m isma existencia. ¿Es ésta la panorám ica espiritual que propone Duns Escoto sobre e l m ismo? Ante todo, el1doctor sutil, m e ta físico de raza, si ha hab ido alguno, in ten ta percib ir cóm o b ro ta del m ism o ser, a quien la m ente tiende a con ceb ir com o algo- inmóvil y estático, la d inám ica de su expansión. Analiza este tem a de m eta física p ro funda al preguntarse por la res­ pectiva prioridad de los dos transcendentales del en te : v e r um e t b o - n um . San to Tomás, a quien en esta ocasión tiene muy presente el 34. En. la discusión que siguió a ,1a lectura de este estudio- el P. Alvarez Turien- zo hizo la observación de que también en San Agustín el amor justitiae seu amor ordinis tiene excepcional importancia en su ética. Aceptamos esta advertencia para indicar que sin duda Duns Escoto, al recoger el legado de la filosofía estoica sobre el ordo justitiae, no lo hace por influjo directo de la -misma -escuela, sino a través de otros pensadores, estre los cuales tienen un lugar destacado San Agustín y San Anselmo.

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