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A lejandro de villalmonte 2 6 1 amplias e importantes aplicaciones en la teología especulativa 42. Muy interesante es la aplicación que san Buenavenetura hace al problema actual. Hablando de Cristo como causa final de nuestra predestina­ ción dice : No se ordena Cristo a nosotros como a fin, sino que noso­ tros estamos ordenados a El; porque no es la cabeza por razón de los miembros, sino los miembros por razón de la cabeza. Y es que el fin es más digno y más excelente y se antepone a las cosas que son para el fin 43. Duns Escoto habla expresamente de la prioridad de Cristo en el decreto divino, según hemos visto. Sin duda que esta prioridad la en­ tiende en el sentido de prioridad de naturaleza y de causalidad. La forma de causalidad ¡más explícitamente mencionada por Escoto es la causalidad final: Cristo es el fin de la creación entera (hombre y mundo sensible), como el hombre es el fin inmediato de la creación material u . Pero, en la metafísica general de las causas va implicado, según Escoto, que la causalidad final determina los otros tipos de in ­ fluencia causal: Lo que está ordenado a un fin no» puede menos de estar causado en el orden de causalidad eficiente; y también el or­ den de causalidad ejemplar formal 4S. Por consiguiente, la propiedad de Cristo tiene de ser causa final (secundaria e inmediata) de toda la creación, lleva consigo el que tenga también causalidad eficiente secundaria (meritoria) y causalidad ejemplar respecto a la predes­ tinación de los demás elegidos. C on e x ión con e l pen sam ien to pau lino . Siendo Cristo el contenido del Misterio escondido desde los siglos en el corazón del Padre, se si­ gue que la de c isión primera, la razón de ser de toda otra decisión sal­ vadora de Dios es también Cristo. Estas afirmaciones no las dejó Pa­ blo. en la virtualidad de los principios, sino que en forma expresa pensó en la influencia «causal» de Cristo sobre la elección de los de­ más hombres. En primer lugar, aparece clara la afirmación de la primacía on­ tològica de Cristo. Sin duda que hablar de ontològico en Pablo suena extraño. Pero, el sentido histórico-salvífico de la primacía que Pablo 4 2 . « Q u a n t o a liq u id p r iu s , t a n t o fe c u n d iu s e s t e t a lio r u m p r in c ip u m » . I S e n t . d . 2 , a r t . u n ic ., q . 2 , f . 4 ; I , 5 3 b . C fr . I b id . d . 2 7 , p . 1, a r t . u n ic . q . 2 , a d 3 m I , 4 7 2 a . I b id . 4 7 0 b . S . T o m á s d ic e , c it a n d o a l F i ló s o f o : « illu d q u o d e s t p r im u m in q u o iib e t g e n e r e , e s t c a u s a o m n lu m e o r u m q u a e suint p o s t » . S u m . I I I , q . 5 6 , a r t . 1, c o rp . 4 3 . « N o n enism C h r is t u s a d n o s fin a lite r o r d in a t u r , s e d n o s f in a lite r o r d in a m u r a d ip s u m , q u ia n o n c a p u t p r o p t e r m e m b r a , s e d m e m b r a p r o p t e r c a p u t » . III Sent. á. 3 2 , q . 5, 2 m . ; I I I , 7 0 6 a . 44 . V a im p líc it a la a fir m a c ió n e n lo s t e x t o s c ita d o s e n la s n o ta s 3 8 y 39. 45 . E s t a m e t a f ís ic a d e la s c a u s a s l a e s t u d ia a m p lia m e n t e E s c o to e n el O p ú s c u lo De Primo rerum omnium Principio, c a p . 2 ; 4 , 727-750 .

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