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ALEJANDRO DE VILLALMONTE 2 5 1 de Cristo. Frente a la gnosis de sus contradictores Pablo presenta su «epignosis» centrada en el M is te rio de C ris to (Col. 2, 2). Esta elabo­ ración «gnóstica» de Pablo en torno al Misterio de Cristo tenía para él las mismas ventajas de una organización científica de los diversos enunciados teológicos en torno a un punto de convergencia, por e jem ­ plo, razón de Deidad, según la mentalidad medieval. También podemos ver una iniciación de la armonía de la fe, analogía de la fe, en la que el Vat. I nos exhorta a considerar los misterios de la fe (D. 1796). Pablo tiene como punto de convergencia de esta analogía de la fe, el Mis­ terio de Cristo: la decisión eterna del Padre de salvar a todos los hombres en Cristo. Téngase también en cuenta que, en la medida en que Cristo está al principio, el primero1, en el plan divino- de Salud, en esa. misma me­ dida participa de dignidad, preeminencia y señorío que e l Padre tie­ ne sobre las ereaturas todas. Ya veremos cómo Pablo no dejó esta afirmación velada en la virtualidad de unos principios, sino que sacó las consecuencias en orden a proclamar la excelencia, predominio, señorío y prioridad óntica de Cristo sobre la creación entera de án­ geles, hombres y cosmos. 2. R e fle x ió n esco tista sobre el p la n d iv in o de sa lvación . La reflexión teológica no podía descuidar el tema del plan divino de salvación: Buscar la razón de ser, el sentido y finalidad ú ltim a de los acontecimientos concretos de la Historia Sagrada; verlos cómo están articulados entre sí y cómo todos ellos se podrían contemplar «sub ratione Deitatis» verlos, en una palabra, desde Dios, en Dios, se­ gún Dios y para Dios 33, según dice San Buenaventura. El poder presentar una descripción teológica del plan divino de sal­ vación que fuese satisfactoria y convincente, es fruto de un prolongado y hondo meditar sobre los datos y hechos concretos de la Historia de Salud, sobre la mutua interdependencia causal de unos con otros y, en último término, con la «ratio Deitatis», tal como ésta se nos mani­ fiesta a los hombres viadores en Cristo para nuestra salvación. Veamos la exposición teológica que Duns Escoto nos hace del plan divino 1 de salvación. Escoto habla constantemente de los decretos di­ vinos de p red e s tin a c ió n . Tiene su importancia este matiz; pero no- es 3 3 . « U t s i c o s te n d e r e m . v e r it a t e m s a c r a e S c r ip t u r a e e sse a D e o , d e D e o , s e ­ c u n d u m D e u n e t p r o p t e r D e u m , u t m e r it o is t a s c ie n t ia a p p a r e a t u n a e s s e e t o r ­ d i n a t a e t t h e o lo g ia n o n i m m e r it o n u n c u p a t a » . Breviloquium, p r o l., § 6 , n r . 6 ; V , 2 0 8 p .

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