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150 FEIJOO Y LA FILOSOFIA adviertan resultados positivos. Y Feijoo lo sabe y lo hace notar. La sociedad, siempre que se juegan intereses por medio, cambia de un modo muy lento. De ahí el que no podamos pensar que la mirada re­ trospectiva suma a Feijoo en un desencanto. Tiene conciencia clara de lo que significa una evolución positiva. ¿Qué pensaba Feijoo de su reforma? Haciendo un recuento de los discursos del tomo séptimo del Teatro Crítico, nos dice: «Los cuatro siguientes discursos miran a ciertas especies de refor­ ma en la enseñanza de algunas facultades, de cuya utilidad se dan pruebas invencibles. Ignoro qué fruto hayan producido, o se puede esperar para en adelante. Todas las reformas son difíciles. Todas en­ cuentran tropiezos en la práctica, que no siempre alcanza a allanar el poder, y mucho menos alcanzará la mera persuasión» 84. Es admirable este despego que muestran estas lineas. Feijoo se pre­ senta con la actitud de quien ha echado la semilla, confiando del todo én su energía interior. Feijoo ignora los resultados, porque no le ha importado reseñarlos para si mismo. Hay una seguridad necesaria, aprioristica, que nace de la misma razón que nos acompaña en la verdad. Es cierto que hay obstáculos y obstáculos serios, como él nos dice. Obstáculos que ni el poder con su peso, puede a veces quitar. Para Feijoo la dificultad estriba en los que tienen intereses creados en la cultüra tradicional y en el modo de enseñanza que se ha hecho rutina, camino trillado. Los enemigos de la reforma son los profesores. A tres clases los reduce Feijoo: «En la materia presente, contemplo que en tres clases de profe­ sores hallará impedimento la reforma: esto es, en los tímidos, en los indóciles y en los inhábiles. Los primeros no se atreven a hacer no­ vedad, temiendo el maniático capricho de los que reprueban toda inmutación. Los segundos oponen a la razón más concluyente, como muralla impenetrable, el uso establecido. Los terceros, no pueden, aunque quieran implantar el nuevo método, porque su habilidad no alcanza a más que trasladar con alguna inteligencia, y leer a los dis­ cípulos los cursos que hallaron, o impresos o manuscritos» S5. C) Influencia de Feijoo en el Plan General de Estudios de la Uni­ versidad de Salamanca. Hemos podido apreciar en el número anterior cómo Feijoo se des­ preocupó de conocer los resultados de su reforma. Ocho años 84. Cartas Eruditas , t. 3. Carta 31, pp. 371-372. 85. Ib., p. 375.

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