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144 FEIJOO Y LA FILOSOFIA los significados de las voces, se ve perplejo y enredado, sin saber qué decir de ellos. ¿No es cosa lastimosa, y aun infamia de la Escuela, ver entonces salir del aula una tropa de necios, proclamando : Gran mozo es fulano. Apretó de tal modo con el argum ento a tal maestro, que lo arrolló» 67. Este efecto de arrollar al que tiene razón, sólo lo puede realizar la lógica, porque pierde su carácter de instrumento, debido al volumen que se le da en las aulas, y a que al transformarse en un verdadero maremagnum , pierde de vista el fin al cual debe orientarse siempre. Feijoo clama contra esta extensión que tenia el estudio de la lógica en la Facultad de Artes. «Consúmense en el curso de Artes tres años, con poquísima utili­ dad de los oyentes, la cual podría ser sin comparación, mayor, y apro­ vecharse con grandes ventajas aquella preciosa porción de la edad juvenil. Esta mayor utilidad se lograría, quitando en el Curso de Artes mucho que en él se enseña, y es supèrfluo ; y añadiendo mucho que no se enseña, y sería muy provechoso. Propondremos en este discurso lo que conviene quitar en las Súmulas. En algunas escuelas se da un curso entero al estudio de las Súmu­ las. ¡Qué tiempo tan perdido! En dos pliegos puede comprenderse cuanto hay de útil en las Súmulas. Dos y medio gasté yo en las que formé para mi curso de Artes, cuando las leí, y pude ahorrar algún papel, sin que por eso dejase de tener entre mis discípulos tan buenos lógicos, como los mejores que hubo en aquel tiempo en la Religión. Las siete partes de ocho que se gastan en tantas divisiones de térmi­ nos y proposiciones modales, exponibles... de nada sirven; lo primero, porque todo esto luego se olvida ; de modo que apenas entre cien teó­ logos, juristas o médicos, se hallará uno que conserve todas aquellas baratijas en la memoria; lo segundo, porque, aunque no se olvide, jamás tiene uso en la disputa» 68. Con este criterio se ha de reformar la lógica. Feijoo pasa revista a los capítulos principales de la lógica escolástica: la reducción de silogismos, los sofismas, las reglas de los silogismos, las equipolencias (de ellas nos dice: «Entre todas las baratijas escolásticas, nada juzgo tan inútil como el capítulo de las equipolencias » ) 69, conversiones... So­ bre cada capítulo va dando su parecer, y casi todos los juzga de un interés práctico mínimo. Porque Feijoo confía, sobre todo, en la ló­ gica natural. 67. Ib. Disc. 11, p. 316. 68 . Teatro Critico , t. 7. D is c . 11, pp. 314-315. 69. Ib., p. 320.

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