PS_NyG_1966v013n001p0113_0154

138 FEXJOO Y 1,A FILOSOFIA opone a las observaciones experimentales, in hoc non laudo. Es tan claro como la luz meridiana que en este sistema se salvan todas las apariencias, no sólo tan bien, pero aun mejor que en el de Ptolomeo 52. La fecha de la Dedicatoria del tomo II de las cartas, de que hemos extractado casi todas las noticias que hemos dado sobre Newton, es del 2 de marzo de 1745. Es muy significativo que en esta fecha Feijoo haya fijado su atención en el sistema newtoniano, y que haya inci­ tado a los españoles a conocerlo. Voltaire da el año 1730, como el del triunfo definitivo de Newton sobre Descartes. Y en 1773, podía decir Holland, refiriéndose a la filosofía de Descartes: «apenas tiene hoy partidarios» 53. Claro que la lucha en Francia se entablaba entre Des­ cartes y Newton: mientras que el cuadro que Feijoo nos presenta es el de un conflicto entre el sistema newtoniano y el viejo, viejísimo sistema, de Tolomeo. 3. Escepticismo físico. ¿Qué hemos de entender por escepticismo físico? El nombre resul­ ta siempre sospechoso. A los escépticos se les ha tenido siempre por los vagabundos de la filosofía, y en cualquier zona donde acampen, le­ vantan la alarma a su alrededor. Feijoo confiesa su extrañeza ante la actitud que se adopta en Es­ paña ante el escepticismo físico. Nos dice que le resulta extraño, por dos motivos: uno, porque se considera falso al escepticismo físico y otro, porque se le tiene por peligroso. Es natural que, si Feijoo habla así 54, no tome el nombre escepticismo más que en un sentido muy es­ pecial. ¿Qué sentido le atribuye el Padre Maestro? «Lo que afirma el sistema escéptico físico es que, en las cosas físicas, o naturales, no hay demostración, ni certeza alguna científica; sí, sólo opinión. Por consiguiente, a la filosofía natural no se debe dar nombre de cien­ cia, porque verdaderamente no lo es, sí solo un hábito operativo, o una adquirida facilidad de discurrir con probabilidad en las cosas na­ turales. Tomamos aquí la ciencia en el sentido en que la tomó Aristó­ teles, y con él todos los escolásticos... Por lo cual no excluimos la cer­ teza experimental, o un conocimiento cierto, adquirido por la expe­ riencia y observación de las materias de física; antes aseguramos que éste es el único camino por donde puede llegar a alcanzarse la ver­ 52. Ib., pp. 327-328. 53. Cfr. B r e h i e r , E., Historia de la filosofía, t. 2, p. 274. 54. Cfr. Teatro Critico, t. 3. Disc. 13, pp. 352. Nueva impresión «a costa de la Compañía de Impresores y Libreros del Reino». Madrid 1765.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz