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8 LA «TRADICION» EN EL CONCILIO VATICANO I I Esta concepción, que nadie se atrevería a juzgar abstractamente imposible, se vio pronto que chocaba en su simplismo con la comple­ jidad de los datos históricos. Científicamente no se puede delimitar un cuerpo doctrinal de pura tradición que aparezca de origen apostólico. Por eso fue necesario buscar un criterio teológico para suplir la falta de garantía histórica de la Tradición como segunda fuente de ver­ dades no escritas: el sentido cristiano controlado por el Magisterio. La Tradición apostólica no escrita podría detectarse aun respecto de verdades para las que no se encuentra una continuidad histórica de testimonios. Bastaría analizar la situación actual de la fe de la Iglesia para poder establecer como Tradición apostólica lo que los fieles con sus jerarcas juzgan que ha sido revelado por Dios. Ciertamente que no se excluye una confrontación con la Escritura ni con la Historia del Dogma —antes bien se procura— ; pero este apoyo no es siempre lo decisivo B. Se llega asi a un dualismo de fuentes de revelación que en su for­ mulación precisa puede dar lugar a un malentendido bien poco apo­ logético, y hasta desintegrador: Si realmente existen dos cam inos pa­ ra que la revelación llegue hasta nosotros — la Escritura divinamente inspirada y la predicación oral con la fe de la Iglesia 14— , se tendrían dos compartimentos estancos donde escuchar la Palabra de Dios: Iglesia sin Escritura y Escritura sin Iglesia. Pero si el Protestantismo cometió el error de acogerse a la «Escri­ tura sin Iglesia», el Catolicismo no puede quedarse —ni siquiera teó­ ricamente— en una «Iglesia sin Escritura». Por eso muchos teólogos recurren a una concepción más unitaria de la transmisión del dato revelado, que creen la única conforme con los testimonios históricos y con la misma naturaleza de la revelación cristiana. Y en este aspecto se oponen a que se siga hablando de dos fuentes de revelación, aunque la expresión tenga un significado inocuo en documentos y autores no conscientes del problema preciso. Creemos oportuno dar un amplio informe de algunos estudios im­ portantes a este respecto. J. R. Geiselmann puede ser considerado como el teólogo moderno de la Tradición l5. Considera un punto decisivo demostrar que los Conci­ stabiliendam et sensum aperiendum, Tra d itio vero nullo alio fonte ut tali indiget». J. Salaverri, 1. c., p. 751. 13. C f. J . Ratzinger, 1. c., col. 296-297. 14. «Quare traditionis (sensu lato) via est duplex : a) Scriptura divinitus ins­ pirata, et b) O ralis praedicatio et fides Eclesiae, seu medium aliud a sacra Scrip­ tura distinctum ». J . Salaverri, 1. c., p. 741. 15. He aqui algunos de sus escritos sobre la Trad ición : Lebendiger Glaube aus geheiligter Überlieferung, M ainz 1942; Die mündliche Überlieferung, München

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