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BERNARDINO DE ARMELLADA 7 pudiera llegar a los hombres por otro camino distinto de la Sagrada Escritura: La Tradición oral. Así se comienza a considerar la Tradi­ ción como un «segundo camino», una «segunda fuente» a través de la cual se transmiten las verdades reveladas de modo análogo a como se transmiten por la Sagrada Escritura, con la diferencia de que la Tradición sería más abundante: en ella se encuentran las verdades de la Sagrada Escritura y otras 9. Comparándola sistemáticamente con la Escritura se verá en ella no sólo una repetición y comentario de la misma, sino fuente constitu tiva de verdades reveladas distintas. En este sentido se entendió el Concilio de Trento y luego el Vaticano I, que repite las mismas expresiones l0. El análisis histórico de la formación de la Escritura llevó a un re­ sultado indiscutible que parece favorecer esa teoría de la Tradición «constitutiva»: La enseñanza oral tuvo originariamente prevalencia sobre la enseñanza escrita, siendo temporalmente anterior a ella y dándole parcialmente materia con muchas de sus formas estereoti­ padas. El mensaje de Cristo comenzó a difundirse como El lo había hecho: hablando, predicando. Además, según el mandato del Señor, tal debería ser perpetuamente el modo de transmisión de sus ense­ ñanzas. Esto supuesto, la Escritura debería ser tenida como un instrumen­ to de transmisión no estrictamente necesario en principio, aunque se haga indispensable a causa de la conciencia que la Iglesia adquiere de su inspiración divina. Será la Tradición oral —por la que se conoce en último término el carácter religiosamente autoritativo e infalible de la Escritura— la que permanezca siempre, a pesar de todo, como fuente principal de revelación, porque nunca dejará de aventajar a la Sagrada Escritura «en antigüedad, plenitud y suficiencia» 7I, hasta el punto de que, mientras la Sagrada Escritura necesita de la Tradi­ ción, ésta no necesita de ninguna otra fuente como tal 12. 9. Citamos, a modo de ejemplo: «Duae sunt viae quibus veritas mediantlbus Apostolis revelata ad posteros pervenit : quaedam veritates depositae sunt in S. Scriptura inspirata; sed eaedem veritates et alia« depositae sunt in ipsa Ecclesia et constituunt objectum traditionis oralis». L . Lercher, Institutiones Theologiae Dogmaticae I , Barcelona 1945, p. 311. 10. C f. J. Salaverri, La Tradición valorada como fuente de revelación en el Concilio de Trento, Est. Ecles. 20 (1946) 33-61. H . Lennerz, Notulae Tridentinae, Greg. 27 (1946) 136-144; Scriptura sola?, Greg. 40 (1959) 38-53; Sine scripto tradi- tiones, Ib. 624-635. 11. «Tra d itio u t revelationis fons, antiquitate, plenitudine et sufficientia ipsam sacram Scripturam antecellit». J . Salaverri, Sacrae Tlieologiae Summa, I (B A C ) M adrid 1952, p. 750; Cf. L . Lercher, l. c., p. 317s. 12. «S criptu ra indiget Traditione u t revelationis fonte ad suam auctoritatem

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