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20 LA «T R A D IC IO N » E N E L C O N C IL IO V A T IC A N O I I Mas la exigencia de universalidad del Evangelio iba más allá de la actuación personal de los Apóstoles, limitada en el espacio y en el tiempo. Por eso tienen que buscarse, en primer lugar, colaboradores (el Concilio habla de los varones apostólicos que, incluso, tuvieron el carisma de la inspiración en sus escritos) y luego sucesores, para que el Evangelio se conservara constantemente íntegro y vivo en la Iglesia. Estos sucesores de los Apóstoles son los obispos, a quienes aquéllos entregaron su propio cargo de magisterio, como dice S. Ire- neo en frase citada por el Concilio 47. Estos medios de transmisión del Evangelio —Tradición (predica­ ción oral, ejemplos, instituciones) y Sagrada Escritura de ambos Tes­ tamentos— son comparados con «un espejo en el que la Iglesia pere­ grina en la tierra contempla a Dios, de quien todo lo recibe, hasta que le sea concedido el verlo cara a cara, tal como es (cf. 1 Jn. 3, 2)» 48. Con este último inciso se pretende hacer resaltar el significado de la Tradición y la Escritura en la Iglesia. Por ellas se comunica Dios, fin sobrenatural, cuya contemplación por la fe constituye una incoa­ ción real de la visión perfecta escatológica. La aclaración de que la Iglesia recibe todo del Dios contemplado en la Tradición y en la Es­ critura, indica —en la mente del Concilio 49— que no se trata de una contemplación abstracta, sino que afecta a la vida entera. 3. La Tradición en cuanto incluye todo el objeto transmitido. La predicación apostólica, que «debía conservarse hasta el fin de los tiempos por una sucesión continua..., encierra todo lo necesario para que el pueblo de Dios viva santamente y aumente su fe, y de operibus Christi acceperant, sive a Spiritu Sancto suggerente didicerant; tum ab illis Apostolis virisque apostolicis, qui, sub inspiratione ejusdem Spiritus Sancti, nuntium salutis scriptis mandaverunt». D R , n. 7 (Volvemos a lamentar la defi­ ciencia de la traducción castellana de la B A C en este pasaje. Primero, su conexión con lo anterior se presta a equívocos; luego, «in praedicatione orali, exemplis et institutionibus» se ha de expresar llanamente «en la predicación oral, en ejemplos y en instituciones». «E n la predicación oral... con ejemplos e instituciones», además de forzado gramaticalmente, es un giro del que se podría quizás abusar teológica­ mente). 47. « ü t autem Evangelium integrum et vivum jugiter in Ecclesia servaretur, Apostoli succesores reliquerunt Episcopos, ipsis «suum ipsorum locum magisterii tradentes». D R , n. 7. 48. «Haec igitu r Sacra Tra d itio et Sacra utriusque Testamenti S criptura veluti speculum sunt in quo Ecclesia in terris peregrinans contemplatur Deum , a quo om­ nia accipit, usquedum ad E um videndum facie ad faciem sicuti est perducatur (cf. 1 Jn . 3, 2 )» D R , n. 7. 49. C f. Schema Constitutionis De Divina Revelatione, p. 21.

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