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B U E N A V E N T U R A D E C A R R O C E R A 271 conocer la actuación del Consejo de Indias, organismo del que los reyes de España se sirvieron para llevar a cabo la evangelización de los territorios donde los misioneros españoles ejercieron su apostola­ do hasta la exclaustración de 1835-36. Citamos en primer término la meritisima obra de Ernesto Schá- fer: El Consejo Real y Supremo de las Indias, 2 vols., Sevilla 1935-1947. En el primero estudia la historia del mismo y su organización así co­ mo de la Casa de la Contratación de las Indias, y en el segundo, la labor desarrollada por el Consejo en la administración colonial. Es de sumo interés para lo mismo el Cedulario indiano, recopilado por Diego de Encinas. Estudio e índices por Don Alfonso García Gallo, Ediciones Cultura Hispánica, 4 vols., Madrid 1945-1946. Impresión facsimilar del citado Cedulario en el que se recoge la legislación dic­ tada por España para el gobierno del Nuevo Mundo por medio de provisiones, cédulas, ordenanzas, etc., dadas hasta 1596 en que Enci­ nas publicó su obra. Se recoge en ella no sólo lo relativo al gobierno civil, sino también a las distintas iglesias, Ordenes religiosas, etc. Finalmente, está el Cedulario americano del siglo XVIII, de An­ tonio Muro Orejón, Sevilla 1956, XCVI-834 pp. Es colección de las dis­ posiciones legales sobre Indias emanadas en tiempo de Carlos II (1679-1700); gran número de ellas tocan temas y problemas misio­ nales. d) Misionología práctica. La bibliografía relativa a esta parte de la Misionología es abun­ dante. En la imposibilidad de citarla toda, haremos solamente men­ ción de aquellos libros que traten de estos tres puntos: formación mi­ sional, actuación y cooperación. Comenzamos por el de Pablo Manna; la primera edición italiana apareció ya en 1923; fue traducida al castellano por el P. Moisés Domenzáin, S. J., con este título: Los obreros son pocos, Madrid 1945, 270 pp. Su autor trata extensamente de la vocación misionera, or­ denándolo todo a excitar el amor a las misiones, haciendo hincapié en la necesidad de misioneros y poniendo ante la consideración la grandeza de la vocación al apostolado; explica asimismo largamente la obligación que pesa sobre la Iglesia e igualmente sobre todos los católicos en orden al problema misional. Práctica sobremanera, en orden a la formación de candidatos a las misiones, es la siguiente obra del P. Juan Carrascal, S. J.: Si vas a ser misionero..., Santander 1957, 450 pp. Las lecciones de su propia experiencia de antiguo misionero en China las lleva el autor a las

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