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2 4 6 L A M IS IO N O L O G IA E N E S P A Ñ A . I. ACTIVIDADES MISIONALES No puede negarse que ya antes del verano de 1936 la actividad en pro de las misiones era una consoladora realidad en nuestra patria y que el entusiasmo del pueblo español por ellas se venía despertan­ do de múltiples maneras y con creciente éxito. Por lo mismo, ante el florecimiento misional y misionológico que venimos presenciando des­ de 1939, es preciso volver la mirada a los años anteriores para buscar el entronque de algunas de esas actividades y comprender, al menos en parte, el origen del fruto posteriormente logrado. Hay que reconocer que la propoganda se hizo, y aún continúa efec­ tuándose, a través de la prensa, como medio poderoso de difusión, y, sobre todo, por medio de revistas de carácter popular, cuya lectura, de contenido misional en su mayor parte, ha despertado entre la gente la curiosidad primero y luego el amor y entusiasmo por las mi­ siones entre infieles. Particularmente aquellas que han visto la luz pública con ese carácter más definido y concreto. Así, por ejemplo, El Siglo de las M isiones, de los PP. Jesuítas, fundada en 1914; M isiones Franciscanas, fundada el mismo año; M isiones Dom inicas, de los PP. Dominicos de Avila, cuya publicación se inició en 1917; La Obra M á ­ xima, de los PP. Carmelitas, y El M isionero, de los PP. Claretianos, fundadas respectivamente en 1920 y 1923; M isiones Católicas, de Bar­ celona, Anales de las M isioneras Franciscanas, etc. No citamos sino las más principales y las más caracterizadas por su labor propagan­ dística ;ni bajamos a otros pormenores, que no hacen a nuestro in­ tento. Al propio tiempo que se realiza propaganda, se ha tratado de des­ pertar entre los fieles el deber y la conciencia de la cooperación. Esto se ha logrado con eficiencia por medio de las Obras M isionales P on ti­ ficias. Estas han contado siempre con una oficina de prensa y propa­ ganda y han tenido y siguen teniendo, como órgano y revista desta­ cada, Catolicismo, que si ha logrado siempre una esmerada y atra­ yente presentación, se ha distinguido de manera muy particular en los últimos veinte años. Aparte de las páginas que en todos los núme­ ros dedica a narraciones misionales, trae interesante y copiosa ilus­ tración y valiosos artículos de orientación misionera. Esas mismas Obras Misionales Pontificias han ido más allá. Desde 1946 han formado y organizado la Editorial «Pro Fide», que ha pu­ blicado meritorias obras no sólo misionales sino también misionoló- gicas, al igual que la Editorial «El Siglo de las Misiones». De bastantes de esas publicaciones nos ocuparemos a lo largo de este trabajo. Finalmente, es de justicia reconocer y al propio tiempo resulta de

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