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A L E J A N D R O D E V IL L A L M O N T E 203 Otra imagen muy similar a la del edificio, es la de Israel co­ mo viña y heredad del Señor. El contenido es el mismo, si bien en esta segunda imagen las relaciones se expresan en forma más vital e intima 4. 2. La edificación del nuevo Israel en el Nuevo Testam en to. El N. Testamento reconoce que Israel había sido «edificado» por Dios. Pero, ahora Dios va a abandonar su antigua Casa y se va a construir otra nueva. Ya que los constructores rechazaron la piedra angular, Dios buscará fundamentar su nueva Casa pre­ cisamente sobre la piedra que los judíos rechazaron: «Nunca leisteis esta Escritura: la piedra que rechazaron los constructo­ res, esta vino a ser piedra angular? Por obra de Dios se hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos» 5. Y aunque la parábola no dejaba lugar a duda sobre su significado, todavía Pedro, en un discurso ante el Sanedrín, dice: «El (Jesús) es la piedra dese­ chada por vosotros los constructores, la que ha venido a ser pie­ dra angular» (Hech. 4, 11). Se agudiza la idea de la antigua Casa rechazada y de la cons­ trucción de una nueva cuando se anuncia la destrucción del templo de Jerusalén. Por motivos sentimentales, religiosos y teológicos la desaparición del templo era tomada como símbolo del abandono de Israel por parte de Dios y su repudio como pueblo elegido. En relación con la destrucción del antiguo y la edificación del nuevo templo, reviste especial solemnidad el lo- gion de san Juan en que Jesús proclama públicamente: «Des­ truid este templo y en tres días lo volveré a levantar... Empero El hablaba del templo de su cuerpo. Cuando, pues, resucitó de entre los muertos se acordaron los discípulos de que había di­ cho esto» 6. Con tales palabras Jesús traslada a su propio cuer­ po todo el simbolismo y contenido teológico que la idea del tem- puede verse I. J. M . C o n g a r, La Mystère du Temple, P aris 1958. H ay trad. españ. de la edit. Estela, B a rcelon a, 1964. 4. Jer. 12, 14-17; 31, 27; Is. 5, 1-7; Sal. 80, 9-20; C fr. M t. 21, 33-46, p a r.; Jn . 15, 1-5. I C or. 3, 9. 5. M t. 21, 24; M e. 12, 12; L e. 20, 9-19; I P et. 2, 6-8. 6. Jn . 2, 19-22. S obre el co n te n id o teológico de este te x to cfr. Y . M . J. C o n g a r, Le Mystère du Temple, p p. 148, 180.

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