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2 2 8 P A L A B R A , C U L T O Y T E S T IM O N I O . simbólica y metafórica a un contenido más real, histórico-salví- fico, podemos decir que la edificación de la Iglesia, el crecimien­ to del cuerpo de Cristo no es más que la expansión de la Pascua de Cristo. Cristo crece en la medida en que El mismo reproduce su propia vida en los hombres que se incorporan a él. Pero, la vida de Jesús se sintetiza toda ella en su Pascua: la muerte y resurrección. Creemos oportuno recoger aquí —en lo fundamen­ tal —la tesis de Durrwell, sobre la Pascua del Señor como cum­ bre hacia la cual tiende todo su ser, su actividad redentora. Y luego de consumada, toda la vida de la Iglesia, cuerpo de Cristo, no es más que la expansión vital de la Pascua del Señor, su per­ duración en el tiempo de salud hasta la consumación final 28. La Iglesia comienza en la Pascua del Señor, la realiza a través de la historia hasta que sea en ella una realidad tan plena como lo fue en Cristo. Por eso, todas las actividades fundamentales de la Iglesia, según hemos de ver, convergen en este punto céntrico: reproducción, bajo diversos aspectos y en diversas circunstan­ cias, de la Pascua —muerte y resurrección de Cristo— . En este momento el fenómeno sobrenatural de la «edificación» deja de ser expresado el lenguaje metafórico y es puesto en relación con un hecho histórico-salvífico cual es la Pascua de Jesús: Toda la actividad vital de la Iglesia se centra en la reproducción, en cada uno de los creyentes, de la muerte y resurrección de Jesús. El m isterio de la caridad- á-¡á-r¡ — Ahondando todavía más en el misterio de la Iglesia y en el significado real de la «edifica­ ción» debemos decir que ésta consiste en reproducir en el alma de cada creyente la vida de Caridad que viene del Padre, se ma­ nifiesta en Cristo y busca manifestarse en cada hombre que está en Cristo. Efectivamente, Pablo concibe toda la economía divi­ na de salvación como un designio o «misterio de caridad», que brota del corazón del Padre, se revela en Cristo y tiende a en­ volver en sí la vida de todos los hombres (Ef. 1. 2. 3. 4). Nuestro punto de partida es el concepto de Dios como Caridad, según lo propone San Juan. Dios es Ca ridad =A gap e no sólo por 28. P . X . D u r r w e ll, La résurrection de Jésus mystère de salut. P ueden verse tam b ién las am plias reflexion es teológicas de W . K ü n n e th , Theologie der Auferstehung, 2 T eil : Der dogmatische Sinn der Auferstehung Jesu, p p. 95-254, C laudius V erlag, M ü n ch en , 1951.

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