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212 P A L A B R A , C U L T O Y T E S T IM O N IO . sobre el concepto biblico-teológico de edificación. Otros aspec­ tos importantes que nos quedan serán tratados en los apar­ tados siguientes. Pero tal vez sea de interés el intentar hacer una descripción sintética de lo que implica el concepto neotes- tamentario de edificación- oixo8o¡j.r¡: Sería la realización de un proceso objetivo de crecimiento de la realidad pneumática de Cristo, en cuanto este crecimiento implica el cumplimiento de una etapa de la historia universal de salud. También podría des­ cribirse como el proceso objetivo de realización y revelación del misterio de Cristo desde la resurrección hasta su consumación, en la parusía. En ese momento llega Cristo a la edad de varón perfecto; queda completamente terminada la edificación del Templo de Dios; se revela del todo el misterio de la Caridad- Agape del Dios en Cristo, en quien está la Caridad del Padre pa­ ra con nosotros y de nosotros para con el Padre. II. LAS FUERZAS QUE IMPULSAN LA «EDIFICACION» DEL CUERPO DE CRISTO Al describir los rasgos de la owooo¡).r¡ en el Nuevo Testamento intencionadamente no hemos mencionado los medios de que el Espíritu se sirve para realizar su obra constructora. Por supuesto que el Espíritu de Cristo cuenta con medios infinitamente va­ riados para realizar su tarea de edificar su propio Cuerpo. Sin embargo, aún respetando esta variedad, un análisis detenido de ios textos del N. Testamento sobre el tema de la edificación nos permite reducir, sin violencia, los medios o fuerzas de que Cristo se sirve para hacer crecer su Cuerpo a estos cuatro: Elemento kerigmútico, cultual , ético y carismàtico. Ya desde el principio queremos quede bien fija la idea de que estos elementos o fac­ tores de edificación de la Iglesia no hay que concebirlos al modo de realidades matemáticas perfectamente separables la una de la otra. Siempre hay que concebirlos y hablar de ellos como fuerzas que, tanto en el orden ser como del obrar, están impli­ cadas unas en otras, compresentes y cooperantes en cada mo­ mento en que se trate del efecto común : dar vida y crecimiento al Cuerpo de Cristo.

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