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108 OBEDIENCIA «DIALOGADA» Y OBEDIENCIA «C IE G A » quatenus vitiorum aut imperfectum est, non quatenus dicit omnem usum proprii in tellectu s...» 33. Y corroboran los Sa lm an ticen ses: «Sit caeca tum ad inspiciendos defectus superiorum , tum etiam ad rationes praecepti perscrutandos, satisque ei sit quidquid praecipiat, dummodo illicitum esse non cons- tet ab eo qui locum Dei tenet praecipi» 34. Quedamos, pues, en que la ceguera de la obediencia es un término relativo que ha de referirse m á s bien a lo que se opone a la m isma obediencia. Porque hay que obedecer, debemos cerrar los ojos a todo aquello que nos disuada de obedecer. En este sentido dice San Basilio : «Nihil de iis quae iubentur, inquirat (eiusmodi en im consuetudo exer- citatio est et gradus ad rebellionem)» 3S. Es la rebeldía y la desobe diencia lo que se in ten ta evitar con la obediencia ciega. Esto aparece más claro en otras comparaciones sim ilares a la ce guera que se han usado para la obediencia. Por ejemplo, el sím il del cadáver. Lo usó San Francisco de Asís y tam bién san Ignacio de L o - yola. «Tom a un cadáver y colócalo donde te plazca. Verás que no repugna ser movido, no murmura de la posición n i reclama porque se le abandone. Si se le coloca en sitio elevado, no m ira hacia arriba, sino hacia ab a jo ; si se le viste de púrpura, aparece aún más su pa li dez. Este es, pues, el verdadero obediente; no pregun ta por qué se le mueve, no m ira dónde le colocan, no pide que se le cam b ie; su blimado a una prelacia, conserva la hum ildad ; cuan to m ás se le exalta, m ás indigno se juzga» 36. El valor de esta sem ejanza está en su contraposición con el que se resistiese a obedecer. Para los que rehuyen la obediencia, se pro pone ese ejem p lo : que aprendan a someterse como un cadáver, inca paz de rebelarse. Pero no se puede urgir en todo la comparación. Porque un cuerpo muerto no opone resistencia activa, es verdad, pero tampoco colabora activamente. Es eso : un cuerpo muerto, un peso que hay que mover o llevar de un lado a otro con esfuerzo. En cam bio, un ser vivo que a la orden del superior se coloca donde se le indica, sin necesidad de que se le mueva o em pu je, presenta un grado mayor de docilidad y obediencia que un cadáver, porque no sólo no ofrece resistencia sino que además colabora positivamente. Por eso San Francisco, unas líneas m ás abajo y en el m ismo con texto, afirma que la obediencia más grande es solicitar volun taria 33. D e R e lig io n e S o c ie ta tis J esu , lib. 4, c. 15, n. 30. 34. T h eo l. M o r a l., tr. 15, c. 6 , n. 42. 35. R o u e t, E n ch ir id io n A s c e tic u m , n. 266. 36- C e la n o , V id a se g u n d a d e S. F ra n cisco , p.IX, c.. 16, n. 152.
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