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GERMAN ZAMORA DE TORRALBA 53 hensión. La previsión cierta exige no sólo el determ inismo en los fenómenos sino la cognoscibilidad de su estado inicial jun to con la de las causas actuantes en la operación. Por ello, del defecto de cog noscibilidad no se sigue la inexistencia de determ inismo, sino sólo la de la posibilidad de predicción 14. En el mundo atóm ico de hecho no se da esa segunda condición, en fuerza del p.i. Y sería contra toda lógica concluir de ahí a la ausencia absoluta de determ inismo en tales sistemas y mucho más a la afirm ación de que tales sistem as no tienen causa de los fenó menos que describen. En este caso el rigor de la lógica llevaría a evitar una descripción causal, pues fa lta un conocim iento suficiente acerca del conocim iento de las causas que realmente actúan 15. En cuan to al indeterm inismo surgente de la acción perturbadora del observador, se definiría más exactamente como un determinismo condicional, entendiendo por ese térm ino que «la evolución de un sistema está estrictam en te determ inada por su estado inicial y las causas interactivas, a condición de que intervengan ún icamente agentes matei'iales». Y con ta l que no se pretenda significar mediante aquella term inología un indeterm in ismo fundam en tal, como el de los llamados «saltos espon táneos», «explosiones espontáneas», «elec ción libre», etc. Si se atribuyese a esas expresiones el sentido propio de libre albedrío, serían enteramente inaceptables, porque sólo un agente inteligente puede obrar así 16. F inalm ente, el hablar de un cierto indeterminismo estaría ju sti ficado tan sólo por la inextricable complejidad presente en todo el con jun to simu ltáneo de los hechos atóm icos, que explica por qué el modo de comportarse uno de ellos difiere parcialmen te del de otro. Una postura parecida, aunque más rígida y drástica, se encuentra en R. M a s i . Reduciendo lo desperdigado en sus escritos anteriores a 1960, creemos es válido el elenco siguiente de sus aserciones carac terísticas para perfilar su posición : El p.i. vale en el plano de la observabilidad y en modo alguno está reñido con la causalidad o con el determ inismo m etafisico. De hecho lo que a firm a es la imposi bilidad de medidas perfectas en el mundo intraatóm ico. T a l impo sibilidad depende de la experiencia concreta, no de la ausencia onto lògica de determ inismo subatóm ico. El indeterm inismo debe consi- 14. Ib id ., 522. 15. Ib id ., 525-526. 16. Ibid., 5 20 .
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