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70 FILOSOFIA NEOESCOLASTICA. sus características incon fundibles esas dos grandes etapas del pen ­ sam iento físico: Física clásica: determ inismo = causalidad = predecibilidad = leyes dinám icas = «principio de determ inación». Física cuántica: indeterm inismo = acausalidad = imprevisibilidad = leyes estadísticas = «principio de indeterm inación». En último análisis, el p.i. no negaría la idea de causa. Lo que n iega es sencillam ente su observabilidad en los m icrofenómenos o «fisici- dad», consecuencia del método adoptado y de la introm isión hum ana en el acontecer natural. En su interpretación por los neoescolásticos hemos encontrado tres tendencias: los que rechazan todo indeterm inismo, menos el «subjetivo»; los que adm iten también un determ inismo óntico par­ cial o incom p leto; en fin , los pocos que hab lan de un indeterm in ismo tota l en los m icrofenómenos. Una solución coherente dentro de la neoescolástica creemos deberá tener en cuenta las siguientes observaciones conclusivas: 1.— Hay que adm itir algún indeterm in ismo, al menos gnoseológico. 2.— No se puede hablar en serio de una verdadera «libertad». 3.— Hay que salvar el principio de razón suficiente, expresado, cuando algo nuevo viene al ser, por el principio de causalidad. 4.— Es inútil querer buscar en los escolásticos antiguos una solu­ ción directa a este problema, n i siquiera recurriendo al concepto de m a teria p r im a ; porque la materia prim a es sólo un coprincipio m e - tafísico y no físico — máxime en Santo Tomás— . 5.— Hay que tener en cuenta que los escolásticos hablaban de sustancias y en la física no se hab la de sustancias. 6.— M ien tras la filosofía hab la de individuos sustanciales y de causas singulares, la física habla preferentem en te de «constelaciones de causas». 7.— Acaso el punto central esté aqu í: si n o es posible hablar de situaciones totalm en te idénticas, teniendo en cuenta todos los ele­ mentos que entren en la situación de un átom o, el problema no puede resolverse en forma definitiva. 8.— Un problema sim ilar se debate hoy entre los psicólogos res­ pecto del instinto animal, unos concediendo mayor espontaneidad ante situaciones idénticas y otros menos. Esa espontaneidad, que asim ilaría remota y gradualmente lo corpóreo a la vida, no parece inacep table, dado que el mundo no es algo hecho de una vez para siempre, sino que es un mundo en con tinua creación.