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GERMAN ZAMORA DE TORRALBA 63 cipia St. Thomae dicendum sit de indeterminismo microphysicali”. El problema es afron tado desde las físicas clásica y moderna tanto como desde el «tom ismo de Santo Tom ás». La física clásica sostenía el principio de determ inación, a firm a - dor de la perfecta regularidad o conexión cau sa -e fecto y consecuen tem ente de la posibilidad de predicción. La física cuan tista lo niega, si bien bajo matices muy distantes según la m entalidad de sus auto res: positivistas y neopositivistas sostienen un indeterm inismo to ta l; otros prefieren hablar sólo de un indeterm in ismo subjetivo, y no fa ltan quienes proclam an ubicuamente el indeterm in ismo subjetivo en el sentido de que de un m ismo A , enteramente idéntico, puedan seguirse B ó C. En Santo Tom ás hallam os textos favorables al indeterm inismo «per accidens» o «ex causa impediente» y también textos contra el indeterm inismo. Pero entre esas dos clases de textos no se da contradicción, pues tratan de asuntos diferentes. Y , en definitiva, el santo se pronuncia — como era de esperar— por el determ inismo ontològico o de la realidad m aterial en sí, partiendo de la tendencia natural necesitante de cada ser hacia su efecto particular ; mas por lo m ismo pone de manifiesto una motivación polarmente distinta de la de la física clásica, que desemboca también en el determ inismo partiendo m á s bien de una «constelación de in flu jos» de seres di versos para producir un efecto único 39. La razón de ese determ inismo ontològico procede en ú ltim a ins tancia de la unicidad de forma sustancial natural en todos los seres, aún los más pequeños, carentes de conocim iento (al hombre le ven dría la libertad de su posibilidad inna ta de aprehender mu ltitud de form as y elegir entre ellas). Ese determ inismo está tan entrañado en la constitución de lo finito que Santo Tom ás no vacila en formu lar el siguiente principio: «In agente naturali praeexistit similitudo naturalis effectus, ex quo actio ad hunc effectum determinatur » (CG , 1. 3, c. 2). Rechazado, pues, por imposible el indeterm in ismo ontològico, espera solución la cuestión de la posibilidad del indeterminismo físico y, por cierto, real, esencial, no meramente subjetivo, pues los fenómenos cuánticos no parece puedan explicarse suficientemente sólo por las lim itacio nes de la observación del su jeto, dentro de las cuales no caen sino objetos empíricos y, como suele técn icamente decirse, susceptibles de definición operativa, pero no las sustancias y quizá tampoco cier 39. J. D e Vries, Q u id s e c u n d u m p r in c ip ia S. T h o m a e d ic en d u m s it d e in d e te r m in is m o m icro p h y s ica li, en S a p ien tia A q u in a tis (R om a 1955) p a rs I 193-197.
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