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42 T E O L O G IA D E ¡LA P R E D IC A C IO N E N S A N P A BLO palabra es un medio más universal y más independiente del sacra­ mento para reproducir la Pascua del Señor en la fe-caridad. El sacra­ mento es menos universal, aunque su actuación, cuando tiene lugar, sea más directa e intensa. Pero, la verdadera solución al problema de las relaciones entre palabra y sacramento hay que buscarla en otra dirección más profun­ da. La única reproducción perfecta de la Pascua del Señor en el cre­ yente se logra cuando éste recibe a Cristo por la fe y caridad. Enton­ ces es cuando el hombre muere totalmente a su forma humana de exis­ tir y de actuar y queda incorporado a la forma divina de ser, que es agape-caridad. La palabra y el sacramento son medios para llegar a la fe-caridad. Medios sólo en cierto sentido autónomos el uno respecto del otro, según dijimos. No hay que buscar en Pablo apoyo para hablar de una Iglesia de la Palabra (protestante) frente, o al menos muy distinta de una Iglesia del sacramento (católica). Lo que hay en Pablo es la Iglesia de la Cadidad (caetus caritatis) que está más allá y más al fondo de la palabra y del sacramento. La caridad es el término de llegada tanto para la palabra como para el sacramento. En última instancia lo que edifica y hace crecer la Iglesia como templo santo de Dios es la cari­ dad (Ef. 4, 15-16; 3, 17-19). Este es el principio vital e inmanente del crecimiento. Lo demás que el Espíritu obra en la Iglesia, predicación, carismas, testimonio-martirio, celebración de la Cena, son medios que quedan fuera como instrumentos, estímulos y fuerzas externas. En la medida en que cualquiera de estos medios produce caridad en esa misma medida ha de ser valorizado como elemento que incrementa la Iglesia, el Cuerpo de Cristo. P re d ic a c ió n y v id a en la c a rid a d . — La concentración de toda la vida y actividad cristiana en la caridad es una idea básica para com­ prender a san Pablo. Ya en la carta a los Corintios nos dice que todos los carismas y dones del espíritu pasan, pero, que sólo permanece la caridad: los ca­ rismas, la predicación, la celebración de la Cena, la fe y esperanza, todo es inferior a la caridad; todo pasa mientras ella permanece (I Cor. 13, 1-13). Pero, es en las epístolas de la cautividad donde aparece más hon­ damente estudiado el Misterio de la Caridad. El Misterio de que Pablo se presenta como pregonero es el Misterio de la Caridad del Padre. Caridad que se revela en Cristo muerto y resucitado y luego en la reproducción en cada hombre de esta misma muerte y resurrección. Por eso, Pablo es pregonero del Misterio, ministro de Cristo muerto y resucitado y pregonero de la Caridad del Padre. Tanto la 'p a lab ra de re c o n c ilia c ió n (Rom. 11, 15; 2 Cor. 5, 19) como la proclamación

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