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34 T E O L O G IA D E LA P R E D IC A C IO N E N S A N P A B L O cimiento cósmico, hasta su muerte y resurrección en el corazón de los creyentes por el bautismo, la fe y la difusión del Espíritu. Como ya indicábamos Pablo considera que su acción misionera es una parte integrante del mismo Misterio que se revela predicando: se revela y se realiza al mismo tiempo. En cada una de las etapas del Misterio se contienen y están vir­ tualmente compresentes y cooperantes las demás: Cuando el Mis­ terio está en el corazón del Padre ya está lanzado hacia su revela­ ción en Cristo. Cuando se revela en Cristo ya contiene virtualmente la revelación en la Iglesia por medio de los predicadores. Y de nuevo insistimos en que no se trata de una continencia virtual-conceptual, sino de continencia óntico-objetiva; como se contienen unas en otras las etapas ascendentes de un mismo proceso vital progresivo. También en F ilip . 2, 5-10 encontramos los rasgos fundamentales de la Historia Sagrada objetiva que se cumple en Cristo y ha de cum­ plirse en todo cristiano. Tres son las etapas o estadios del proceso que se mencionan en este texto: a) La preexistencia de Cristo, en la forma de Dios (v. 6 ); b) el estado de anonadamiento (kenosis), que comprende la encarnación —vida terrena-la Cruz— la bajada a los infiernos (v. 7-8); c) la exaltación, que empieza desde los infiernos y sigue en la resurrección -^ascensión— asiento a la derecha del Padre, proclamación como Kyrios en la Iglesia y en la creación entera (v. 9-10). Dentro de esta sucinta Historia de Salud que Cristo vive, la pre­ dicación o pregón sobre Cristo encuadra dentro del tercer estadio: en el estadio de su exaltación y proclamación como Señor (Kyrios) de la Iglesia y del universo. La primera proclamación de Cristo como Kyrios la hizo el Padre resucitando a Cristo y proclamando esta resurrección por medio de sus ángeles. El «Paschale Praeconium» de los ángeles junto al sepul­ cro vacío, se convierte en el P re g ó n P a s c u a l de la Iglesia primitiva y de la Iglesia de siempre hasta el fin de los siglos. Lo demás que se pregone o predique brota de aquí, del pregón que anuncia pública y solemnemente que Cristo resucitado, fue constituido por el Padre en Ungido suyo (Cristo) y Señor (Kyrios) de la creación redimida. Ofrece una aclaración interesante al problema otro texto de san Pablo que dice: «Y sin duda que es grande el misterio de piedad. Que se ha manifestado en la carne, ha sido justificado por el Espíritu, ha sido mostrado a los ángeles, predicado a las naciones, creído en el mundo, ensalzado en la gloria» (I Tim. 3, 16). Este himno contiene una descripción sucinta del drama de la redención del mundo reali­ zada por Cristo, una narracción esquemática de la «Historia Sagrada»

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