PS_NyG_1965v012n001p0003_0043

A L E JA N D R O D E V IL L A L M O N T E 5 ciado significa el cumplimiento dichoso y beatificante de una espe­ ranza que venia alimentándose desde antiguo en el corazón del que recibe el mensaje 5. Todos estos matices encierra el mensaje que Pablo difunde por los confines del mundo conocido. Todos ellos podemos y debemos ence­ rrarlos nosotros en el concepto de «predicación», cuando esta quiera mantener la hondura religiosa y teológica que reclaman para ella los textos y el modo de obrar de Pablo. Ofrecer un concepto bien perfilado de lo que implica «predicar» para Pablo, es más bien fruto de todas las reflexiones que a continua­ ción vamos a hacer. Pero, ya desde ahora queremos adelantar un con­ cepto de «predicación» que nos sirva como punto de referencia y de apoyatura en todo lo que digamos sobre la predicación en san Pablo. P re d ic a r , es la acción de pregonar en voz alta, en forma pública, oficial y solemnemente, bajo el impulso del Espíritu, la gesta salvífica de Dios en Cristo muerto y resucitado. Gesta que —en el hecho mismo de ser pregonada—<lleva la exigencia a continuar realizándose en el corazón del oyente. O también esta otra descripción exprimida de un conjunto de ideas y textos paulinos que comentaremos más adelante: Predicar es pregonar, proclamar (y revelar pregonándola) la existen­ cia de un m is te rio , el misterio de la decisión amorosa del Padre (su agápe) para con los hombres. Misterio que se revela en una p e rs o n a , Cristo, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y ciencia salvífica de Dios (Col. 2, 3) y en un acontecimiento histórico salvífico, la muerte y resurrección de Jesús. Pero, este misterio - persona - acontecimiento, no se pregonan co­ mo una teoría doctrinal, ni siquiera (de modo prevalente) como una e x p lic a c ió n sobre el misterio o el hecho, sino que se anuncian como un h e c h o -fu e r z a que a q u í y a h o r a pugna por seguir realizando la expansión de su dinamismo y contenido interno. Por eso, frente a cualquier otra forma humana de ejercitar la fun­ ción de comunicar algo por la palabra, esta función sagrada que lla­ mamos «predicar», no sólo habla de un misterio, de Cristo y de la Pascua, sino que estas tres realidades están tan íntimamente embe­ bidas en el mismo hecho de predicar, que esta actividad se transforma en un acontecimiento salvífico, en el cual el misterio, Cristo y la Pascua se hacen presentes en otra forma de existencia. Como hemos de ver, predicar no es sólo ni primariamente pregonar que sucedió esto o lo otro en la historia de salud, sino que el predicar mismo se incorpora a la historia objetiva de salud, es uno de sus períodos o etapas en los 5. Büaer, oh. clt., «katanguello». Kittel, ThWB, «katanguello».

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz