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C A R L O S D E V IL L A P A D IE R N A 329 ministerio Jesús habla del Reino como de algo que ha llegado (Me. 1, 15 ss.) y en la otra parte de su ministerio como de algo dentro de lo cual entran los hombres (Me. 9, 47). La proclamación del primer aspecto del Reino es hecha a todo el pueblo en general, pero el se­ gundo aspecto solamente se hace a los discípulos. El significado del término «Reino de Dios» expresa una personal relación entre Dios como rey y el individuo como sujeto de este reinado (p. 91). Manson apoya esta interpretación del término «Reino de Dios» en la literatura judía donde se encuentra una «noción similar». «Hijo del hombre en los Evangelios es el término final de una serie de con­ cepciones que ya se encuentran en el V. Testamento. Estas son: el Resto (Isaías), el Siervo de Yavé (Deutero Isaías), el «Yo» (Salmos), el Hijo del hombre (Daniel). Hijo del hombre en los Evangelios es la personificación de la idea del Resto, es una figura ideal y está para la manifestación del Reino de Dios en la tierra en medio de un pueblo enteramente consagrado a su Rey celestial» (p. 93). Para Manson el Reino es a la vez presente y futuro: presente, en cuanto se ha mani­ festado a través de la obediencia del Hijo del hombre; futuro, en cuanto que esta obediencia se refiere a una manifestación futura y última. E l c a p ítu lo siete e s tá d ed ic ad o p o r N o rm a n P e r r in a la doctrina de Bultmann y su escuela sobre el Reino de Dios y el Hijo del hombre. El pensamiento de Bultmann con relación al problema del «Reino de Dios en la predicación de Jesús» puede resumirse así: 1) Acepta la posición de la «konsequente Eschatologie» de que el Reino de Dios es una concepción apocalíptica y dice que es escatolo- gía en cuanto que lleva la historia a su fin; es esencialmente una expectación sobrenatural y suprahistórica. 2) El Reino es proclamado por Cristo como inminente en el fu­ turo, como amaneciendo ya, pero todavía no actualmente presente. Este futuro inminente, sin embargo, no debe ser entendido en sentido temporal sino existencial. 3) Jesús es consciente de su misión como portador de la última palabra de Dios antes del Fin, y de su propia persona y obra como «signo del tiempo», pero su ministerio no es mesiánico y tampoco reclama su mesianidad ni se identifica El mismo con el venidero Hijo del hombre. 4) La relación entre la escatología y la ética en la predicación de Dios es tal que la proclamación del Reino y las radicales exigencias éticas hallan su unidad en la ¡crisis de decisión ante Dios» (pp. 117-118). Un grupo de discípulos de Bultmann, manteniendo las enseñanzas básicas del maestro, se aparta de él en múltiples aspectos. Tales son: E. Kásemann, de Tubinga; G. Bornkamm, de Heidelberg; E. Fuchs,

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